Samborondón, con deudas de servicios públicos
“Son mundos diferentes, el uno del otro”, sentencia Guadalupe Macías, de 54 años, cuando le consultan con respecto a las tres parroquias que integran Samborondón, que hace cerca de dos semanas cumplió 242 años de fundación.
La cabecera cantonal Samborondón, La Puntilla y Tarifa son los tres puntos que componen esta localidad ubicada entre los ríos Daule y Babahoyo.
Macías, sentada en el parque central al pie de la iglesia Santa Ana, sustenta su respuesta en la impresión de que no hay una igualdad en cuanto al desarrollo urbanístico. “Ni siquiera hay facilidades para acceder a los pocos sitios turísticos que tenemos”, afirma.
Actualmente, el Municipio local impulsa el proyecto Nuevo Samborondón que, según el alcalde José Yúnez, estaría listo a finales de año. La iniciativa contempla usar 2.000 hectáreas para construir un parque público grande, locales comerciales y centros de entretenimiento en la zona Barranca-Sabanilla, en el noreste de La Puntilla.
Sin embargo, arquitectos y urbanistas consultados por EL TELÉGRAFO sostienen que hay otras carencias más urgentes qué resolver.
Entre otras cosas, Samborondón no cuenta con una planta propia de potabilización de agua y depende del líquido que le suministra Interagua, consorcio de Guayaquil, a través de bloques.
El arquitecto Manuel Onofre Doylet, exdirector de Planificación del Banco del Estado, califica la iniciativa del Cabildo como “una tomadura de pelo”, porque, a su criterio, eso no resuelve las deudas en servicios básicos y crecimiento urbanístico.
“Para hablar de un nuevo Samborondón faltan planes de desarrollo de hasta 5, 10 y 15 años”, sostiene Onofre, quien reside hace 25 años en La Puntilla.
“A la cabecera cantonal le falta agua potable y alcantarillado, mientras que en Tarifa se abastecen por medio de tanqueros y pomas”.
Considera que en los últimos 15 años el cantón ha tenido un crecimiento desordenado, sin ordenanzas de uso de suelo eficientes y normativas de uso territorial.
Mientras que para Natalie Wong, decana de la Facultad de Arquitectura de la UESS, la principal deuda del Cabildo está en la movilidad humana. “Es evidente que se ha dado gran importancia a los vehículos particulares”, dice.
Además de que casi no hay transportación pública, a criterio de Wong, se privilegió a los automotores y restaron espacios para los peatones y ciclistas.
Aunque reconoce que Samborondón ha tenido un crecimiento desordenado, puntualiza que las grandes urbes, en el ámbito mundial, han tenido el mismo problema, incluido Guayaquil. “Sin embargo, en ese crecimiento, en ese desarrollo, nunca se consideró el tema vial cuando en una ciudad es básico que se planifiquen las entradas y salidas antes de seguir construyendo urbanizaciones”, asegura Wong.
Áreas verdes están incluidas en nuevo proyecto del Cabildo
Otro de los señalamientos de arquitectos y urbanistas consultados, es la escasez de áreas verdes de fácil acceso para la ciudadanía samborondeña.
Sobre este particular, el Cabildo local informó que el proyecto Nuevo Samborondón incluye la dotación de estos espacios. El alcalde José Yúnez aseguró que el objetivo es desarrollar ordenadamente la zona urbana.
En cuanto al parque se prevé un diseño alargado similar al de la Carolina, en Quito, que estará rodeado de nuevos planes habitacionales.
En la iniciativa se incluye la construcción de una planta potabilizadora de agua y otra para tratamiento de aguas servidas.
Actualmente, cuatro urbanizaciones privadas, de 164 que existen, aún no cuentan con sistema de alcantarillado y se manejan con pozos sépticos. (I)