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Víctor Albán, "el abuelo" que se hizo viral en las redes

Una empresa automotriz le donó un vehículo; el Municipio guayaquileño le otorgó becas  y una cadena de supermercados también se solidarizó.
Una empresa automotriz le donó un vehículo; el Municipio guayaquileño le otorgó becas y una cadena de supermercados también se solidarizó.
Foto: Carla Méndez
17 de febrero de 2018 - 00:00 - Carla Méndez

Guayabera, lentes de marco negro, canas y una sonrisa que transmite ternura son las características de Víctor Albán, “el abuelo”, apodado así por taxistas, empleados y clientes del centro comercial Riocentro Ceibos. Su historia se hizo viral por  una usuaria de Twitter que un día decidió dirigirse a su residencia en taxi. Ella mantuvo una grata conversación con el conductor que por casualidad era “el abuelo”.

Ella describió como era él y su vida en redes sociales. Hacerlo resultó admirable para todos, tanto así que en pocas horas tuvo miles de comentarios y likes.

 Albán, quien nació el 23 de diciembre, tiene 85 años y es el más querido personaje del centro comercial.

“El abuelo” asegura que su vida no ha sido nada fácil, pues tiene cuatro nietos que quedaron huérfanos de padre y madre hace siete años.

Ha visto partir a su esposa y soportar la pérdida de tres de siete hijos. Además, lucha contra el cáncer de próstata y hace un esfuerzo por educar a sus nietos.

Cuenta que tenía una empresa de distribución de materiales pero quebró luego de la crisis económica de 1999. Acompaña a sus nietos al colegio, luego vende artículos de oficina; antes de las 17:00 recoge el carro que alquila por $ 15 diarios porque le robaron el suyo. Se traslada al Riocentro para movilizar a sus clientes y solo cuando la jornada no ha sido buena acude a las salas de velación de la Junta de Beneficencia para obtener un dinero extra.

Gracias a las redes sociales y difusión de sus usuarios  sobre su vida el país se enteró de su historia. Divulgar su vida sirvió para que la comunidad se solidarizara con él.

La Alcaldía de Guayaquil les concedió becas de amparo a sus nietos para que sigan estudiando. Luego una empresa automotriz le regaló un vehículo nuevo matriculado, asegurado, con dispositivo de rastreo satelital para que   trabaje.

 Una cadena de supermercados se unió a la ayuda por el “abuelo del Riocentro”. Él recibió un bono de $ 6.000, a través de una tarjeta con la que puede realizar compras mensuales de $ 500 por un año. “Una carrera me cambió la vida”. (I) 

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