Venta de pescados secos es la especialidad de los Calderón

Creatividad e ingenio es lo que muestran los habitantes de la cooperativa Nueva Ilusión de la vía Salitre-Guayaquil, al vender pescados secados en el sol.

El negocio lleva más de 10 años en el sitio. Ahí se aprovecha la cercanía con el río los Tintos de donde se obtienen una gran variedad de mariscos de agua dulce como son bocachico, dama, guanchiche y vieja.

Esta idea nació luego de que la venta de pescado de agua dulce no resultara suficiente para mantener a la creciente familia de Richard Calderón, quien tras una enfermedad —hace algunos años— se dedicó a esta labor que no demanda mayor esfuerzo físico.

Calderón asegura que los fines de semana son los mejores días para vender, en especial a los turistas que van hacia la Sierra, Guayaquil o a sitios de esparcimiento del cantón Salitre.

“Los pescados antes de colocarlos en los cordeles deben dividirse en dos partes para limpiarlos (retirar las tripas y escamas). Luego  se les coloca sal y achiote para que el sol pueda cocinarlos”, manifestó Calderón.

Cada tira está compuesta por 15 a 16 pescados y tiene un costo de $ 5. Pero siempre están listos para freír, hornear o asar.

Para Calderón, estos mariscos son ricos en nutrientes y son más sanos que las comidas precocidas que se pueden encontrar en los comercios del mercado nacional.

Los Calderón dominan la zona. Son siete familias que comparten su tiempo entre la agricultura y la venta de mariscos.

Gloria Matamoros Barzola, quien vive cerca del comerciante dice que estos mariscos son una buena opción ya que secos en el sol pueden durar hasta 30 días.

“Para mi familia esta es una buena alternativa para comer. Estos pescados tienen un sabor muy distinto a lo que muchas veces tenemos en casa”, refiere la mujer.

La ilusión del vendedor de pescados secos, es convertir este sitio en un paradero tradicional para que los turistas nacionales o extranjeros compren su producto. (I)