El alcalde Nebot trasladó la competencia del servicio a una concesionaria privada
Vecinos de Pascuales denuncian que el 90% no tiene alcantarillado
Isabel Caicedo hace pocos meses tuvo que gastar $120 para hacer limpiar su pozo séptico. La habitante de Pascuales, parroquia urbana de Guayaquil, debe tener ese presupuesto anual para recibir ese servicio. Eso se debe a que su sector, Paquisha, aún no tiene alcantarillado sanitario.
“Pedí a Interagua (concesionaria de Agua Potable y Alcantarillado) que lo limpiara con un mes de antelación, porque demora”, recuerda la residente.
Paquisha (Assad Bucaram), San Francisco, San Nicolás, Vilcabamba, entre otras, son varias de las cooperativas del área donde no hay ese servicio básico.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) reveló, en 2014, que el 76,9% de la ciudad puerto posee alcantarillado.
Según la Asociación de Usuarios y Consumidores ‘Poder del Consumidor’, Pascuales está entre el porcentaje de desfavorecidos. “90% está obligado a tener pozo séptico”, precisa el colectivo ciudadano.
Humberto Ordóñez, quien habita en la Cooperativa San Francisco, ayer se mostró indignado por los ofrecimientos incumplidos por parte del Municipio de Guayaquil.
El pasado 16 de junio recibió una volante, en la puerta de su casa, en la que prometen alcantarillado. “¡En 2015 y 2016 se hacen realidad tus sueños!”, reza la propaganda en la que aparece el rostro del alcalde Jaime Nebot, a full color. Un repartidor contratado las distribuyó previo a la marcha de ayer.
“Nos viven engañando”, indica el vecino, quien mostró documentos de los pedidos realizados al Ayuntamiento, desde hace 14 años.
En una respuesta de Nebot, el pasado 1 de junio, el burgomaestre traslada la competencia del trabajo a Interagua.
“Él es el Alcalde. No entendemos por qué en la carta deslinda su competencia, pero en la volante promete la obra. Hay contradicción”.
En la intersección de las calles Shushufindi y Chambo hay líquido oscuro estancado. El hedor se percibe a varios metros.
Zoyla Bravo, residente del sector, denuncia que eso se debe a que los habitantes se ven obligados, diariamente, a echar las aguas sucias en canaletes que desembocan en sumideros de aguas lluvias. En varias esquinas se repite la escena.
“Por eso, durante los aguaceros, el barrio se inunda y las heces se mezclan con el agua potable. Aquí hay muchas personas con enfermedades gastrointestinales”.
Para construir los pozos sépticos, los vecinos tuvieron que invertir hasta $1.200. Algunos hicieron dos: uno para el servicio higiénico y otro para lavar.
En la zona se observan tapas de alcantarillas que están sobre el nivel de las calles. A eso se suma el deterioro de las calles. “Yo fui una de las que apoyé a Nebot, pero ya no”, reflexiona Bravo.
Interagua, en un comunicado, indicó que la cobertura de alcantarillado en Guayaquil está en 92% y que en 2016 habrá cobertura en todo el cantón.
“En Pascuales ‘algunas’ de sus cooperativas cuentan con el servicio de alcantarillado sanitario gracias al Plan de Expansión que ejecuta en el presente quinquenio. Actualmente existen fases en estudios que permitirán la construcción de las redes faltantes hasta finales de 2016”. (I).
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“Me pidieron que lleve a 3 personas más y allí me daban el dinero en el centro”
En los barrios guayaquileños más empobrecidos del puerto principal la mayoría de los habitantes mostraron apatía e indiferencia ante la convocatoria hecha por el alcalde Jaime Nebot para marchar contra el Gobierno Nacional.
En Monte Sinaí, Isla Trinitaria, Flor de Bastión, Paraíso de la Flor, sitios donde aún no existen todos los servicios básicos y vías pavimentadas, los ciudadanos se dedicaron a seguir con sus jornadas laborales y quehaceres domésticos.
Gabriel Suárez, habitante de la Cooperativa 7 de Octubre, reveló que a su casa llegó un dirigente barrial para ofrecerle $20 para que vaya a la Av. 9 de Octubre y respalde la marcha de la Alcaldía.
“Me pidieron que lleve a tres personas más y allí me daban el dinero en el centro. Había varias personas con la camisa del partido de Jimmy Jairala (Centro Democrático). Pero era gente disfrazada. Me di cuenta. Qué voy a apoyar a Nebot si todavía no nos arregla la calle”, expresó molesto.
Algo parecido le prometieron a Jean Carlo Franco, vecino de la Isla Trinitaria. El valor que le prometieron para que vaya fue de $30. Él debía llegar, tomar una camiseta y una bandera. Al final del acto le daban el dinero.
“Cuando pregunté quién me tenía que dar el dinero me respondieron que allá en la marcha había que pedirle a alguien. Capaz que si iba ni me pagaban. Por eso, preferí quedarme trabajando aquí en la casa”, expresó.
En Vencer o Morir 3, sitio donde no tienen agua ni alcantarillado, hubo dirigentes que estuvieron visitando a los moradores para que salieran a respaldar a Nebot. Javier Macías, habitante de esa cooperativa, se mostró indeciso ante la propuesta.
“En la última marcha me dieron un hot-dog y una cola. La medida por la que van a protestar afecta solo a la gente con dinero. Si voy, iré pero a relajarme”, comentó y destacó el malecón que hace, a la vuelta de su casa, el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi).
En Monte Sinaí, Marcos Reyes se quedó en su vivienda esperando a que le arreglen la instalación de energía eléctrica. “Acá vivimos en la oscuridad. No tenemos luz”, se quejó.
El ciudadano siente que no le afectan los proyectos de Ley de Plusvalía y de Herencias. “¿Por qué el Alcalde mejor no convoca a toda la gente para que nos ayuden a hacer el asfaltado en Monte Sinaí?
Jenny Landázuri, de la cooperativa Vencer o Morir, discutió ayer con su esposo. Ella le explicó que no tenía sentido ir a la marcha porque ellos, que viven en una vivienda de madera, no tenían que pagar ningún impuesto de herencia ni plusvalía.
“No tenemos agua, alcantarillado ni calle. ¡Cómo nos va a afectar! Tenemos que quedarnos para hacer bollos e irlos a vender mañana. Si no trabajamos, no comemos”.
En Paraíso de la Flor, Flor de Bastión y El Fortín los habitantes también pidieron vías antes que manifestaciones constantes en las calles. (I)
Mercado Central cerró sus puertas por convocatoria
Desde las 6:00 de ayer, los supervisores del Mercado Central, ubicado en el centro de Guayaquil, comenzaron a informarles a los dueños de los locales que a las 13:30 tenían que cerrar sus negocios para dirigirse a la marcha organizada por el Municipio, según varios comerciantes consultados por Diario EL TELÉGRAFO.
A partir de las 13:30 las puertas del mercado empezaron a cerrarse y pese a que decenas de ciudadanos a esa hora realizaban sus compras fueron desalojados por los administradores del lugar.
Los ciudadanos, que pidieron una explicación de este hecho, recibieron como respuesta que los comerciantes del lugar tenían que salir a la movilización convocada por el alcalde Jaime Nebot.
Varios de los propietarios de locales en el mercado, que prefirieron omitir sus nombres para evitar represalias, informaron que debían cumplir con la disposición de asistir a la marcha prevista para las 15:00 en la avenida 9 de Octubre para que sus locales no fueran multados.
Uno de ellos señaló que normalmente vende almuerzos hasta las 16:00, lo cual le deja una importante ganancia para el sustento diario de su familia, sin embargo ayer tuvo que cerrar a las 13:30.
“Nos dijeron que desde las 06:00 teníamos que cerrar temprano e ir a la marcha, a nosotros como comerciantes nos representa pérdidas, son casi tres horas que dejamos de trabajar”, dijo.
Fuera del mercado hubo reclamos de los ciudadanos que intentaron ingresar, uno de ellos dijo, irónicamente: ‘sigan votando por Nebot’. (I)