Una revisión a la historiografía guayaquileña

Enrique Ayala acierta en caracterizar el grueso de la historiografía guayaquileña como “biográfica y monográfica”,9 centrada en el recuento institucional. Presenta a los historiadores porteños del siglo XX como “liberales”, sin profundizar en esta afirmación. Destaca  la obra de Camilo Destruge, Modesto Chávez Franco, Carlos A. Rolando, Abel Romeo Castillo y Julio Estrada Ycaza.

Carlos Landázuri sostiene que la marca de “lo regional” que caracteriza el trabajo de algunos historiadores de Cuenca y Guayaquil, les une “por razones obvias”.10 No explica las razones de tal afinidad, la cual, planteada de esta forma, parece “natural”. Sin embargo, observa que los historiadores de ambas ciudades se encuentran “afiliados o no” a todas las tendencias políticas: liberal, conservadora y “de izquierda”. Finalmente, reconoce el carácter fundacional del Boletín del Centro de Investigaciones Históricas en Guayaquil.

Jorge Núñez, en el texto introductorio a una antología sobre estudios históricos relacionados con Ecuador, nombra, al paso, autores de las provincias de Guayas, Loja, Imbabura, El Oro y Esmeraldas, aunque también constan en el listado, historiadores de la capital. Al parecer, lo que él denomina “la historia regional”11 es el resultado del trabajo de historiadores “de provincia”.         

Si bien estas reflexiones son válidas para entrever una producción historiográfica que, efectivamente, fue significativa en el siglo XX, los trabajos de historia monográfica e institucional no son exclusivos de las “provincias”, sino de todas las ciudades y localidades del país, incluido Quito.