Un intento de invasión destruye zona protegida
La Fundación Bosque Protector Cerro Blanco denunció ayer que un grupo de personas este sábado intentó invadir parte del área reservada de esta zona protegida, en el norte de Guayaquil.
Según Paúl Cun, biólogo de la fundación, desde el 9 de abril un grupo de 15 personas, que aún no están identificadas, ingresó materiales de caña para construir viviendas en el sector denominado Tres Bocas.
“En ese intento tumbaron varias especies de árboles como guayacán, guasmo, papaya, fernán sánchez, laurel, entre otros, que están en peligro de extinción. Intentaron sembrar maíz”, denunció el técnico.
En el lugar, que está cerca de una hora del centro de la ciudad, ayer yacían restos de cañas dispersas en aproximadamente 1.200 metros cuadrados. “Es el espacio que tenían planificado invadir”, se quejó el funcionario.
El coordinador del Patrimonio Cultural del área forestal del Ministerio de Medio Ambiente, José Ayala, estuvo ayer en Tres Bocas para verificar que la zona que trataban de invadir es parte del área de seguridad del Bosque Cerro Blanco. Desde las 07:00 hasta parte de la tarde, los observadores permanecieron en el sector para conversar con los supuestos invasores, pero no aparecieron.
Ayala indicó que en el lugar donde había materiales regados es una de las zonas que están incluidas en las áreas protegidas. En Cerro Blanco actualmente hay 6.000 hectáreas de bosques. Algunas de las especies, sembradas en programas de reforestación, son guayacán, laurel, guasmo y fernán sánchez.
Según versión de los guardaparques, los supuestos invasores se identificaron como una asociación de ganaderos que reclama el derecho sobre parte del bosque.
En junio del año pasado, la fundación denunció, que hubo otro intento de invasión en el área.
El director de la Fundación Pro-Bosque, Eric Horstman, afirmó que el pasado 9 de abril varios sujetos llegaron a Tres Bocas y mostraron a la Policía Ambiental un documento en el cual se explicaba que la Dirección de Tierras y el Ministerio de Agricultura inspeccionarían el lugar para medir los terrenos. Con este argumento los invasores lograron que los uniformados les permitiera el acceso.
“Acudí a la Dirección de Tierras y no saben nada de eso”, manifestó Horstman. “Sospechamos que el nombre de la asociación de ganaderos es algo ficticio y que se trata de traficantes de tierra”, añadió.
Luego del incidente la fundación ordenó vigilar la zona con más frecuencia, por lo cual el sábado 23 y domingo 24 fueron expulsadas estas mismas personas cuando intentaron construir viviendas para asentarse en el sector.