Un cuidador que viste de marino

Quienes transitan por el centro de Guayaquil suelen encontrarlo cuidando vehículos. Omar Reina Zambrano resalta entre el resto de cuidadores por su forma de vestir. Lleva un uniforme blanco de marino. Cuenta que nació debajo de dos palos de mango con ayuda de una partera en Charapotó, provincia de Manabí.

Un día cualquiera, Reina, quien vivía en una casa de caña cerca de un basurero, tuvo una visión de Dios que le permitió seguir el camino por donde transita. Lleva 40 años ganándose así el sustento. Cada día puede ganar hasta 50 dólares. También hace guardianía en una librería evangélica del mismo lugar. Con su trabajo ha logrado construir su casa de dos plantas. Ahí habita con un perro al que quiere como hijo.

Sus padres tuvieron una hacienda donde pasó su niñez. “Yo siempre les pedía que me enseñaran a leer, pero no lo hicieron y me obligaron a cuidar los animalitos. De nada les sirvió lo material porque luego perdieron todo. Siempre he pensado que el mejor regalo que le puede dar un padre a su hijo es prepararlo en el colegio y en la universidad. Así se demuestra el verdadero amor”. (I)