Turismo y luto marcaron el primer día del feriado
Interminables filas se observaban, desde la mañana de ayer, en la Terminal Terrestre, en la que cientos de personas pugnaban por un boleto para viajar y disfrutar de los cinco días de feriado que se decretó por el Día de los Difuntos.
“Sácalo de la fila que no estaba”, fueron algunas de las expresiones que se escuchaban por parte de quienes habían llegado a la terminal desde la madrugada, pese a que llevaban más de tres horas en la fila, y no accedían a un boleto.
“Llegamos a las seis de la mañana y aún seguimos en la fila. Son más de las nueve y no avanzamos, porque la gente se mete”, manifestó Luis Banchón, quien buscaba comprar un boleto hacia Jipijapa.
Al igual que él, otra decena de pasajeros que deseaban trasladarse hacia Manabí se quejaron, especialmente quienes intentaban adquirir un pasaje en la cooperativa Coactur, en la que -incluso- fue necesaria la presencia de policías que trataron de lidiar con el caos que se formó.
Los pasillos de la Terminal también sirvieron como sitio de descanso para las mujeres y niños que esperaban mientras sus padres o un familiar compraban los pasajes. Este fue el caso de Luis Banchón, de 49 años, junto con 10 familiares, quien aguardaba que su cuñado le lleve los boletos. “Él está comprando, pero ya lleva tiempo en la fila y aún no le toca su turno”, dijo este padre de familia.
Los destinos hacia la Península, como para Manabí, fueron los que más demanda tuvieron. Mientras que los encargados de las cooperativas Flota Imbabura, Pelileo Baños, esperaban que la venta se incrementara en la noche.
Visitas a cementerios
La Terminal Terrestre no fue el único sitio que congregó a cientos de personas, los cementerios General y Jardines de Esperanza también lo hicieron, al recibir a los familiares de los difuntos que con cánticos y ramos de flores recordaron a sus seres amados.
Una de ellas fue Ruth Acosta que en compañía de sus hijas, Alfonsina y Dina, visitaron la tumba de su suegro. “Lo recordamos con mucho cariño”, indicó la madre de familia, mientras observaba como May Mosquera, de 15 años, arreglaba la lápida.
Mientras que el Grupo Men, formado en su mayoría por adolescentes, entonó canciones religiosas sobre las tumbas de sus familiares y de los seres queridos de sus amigos. “También les rezamos”, mencionó Génesis Vélez, una de las integrantes dela agrupación, quien señaló que desde hace dos años realizan esta actividad en Jardines de Esperanza.
La venta de flores naturales y artificiales, así como de estampillas, marcaron el ingreso en el Cementerio General, en el que familias y amigos compartieron un momento de recogimiento mientras rezaban. Otros también aprovecharon para visitar las tumbas de personajes conocidos, entre ellos futbolistas, cantantes y presidentes.
También se dieron tiempo para arreglar las lápidas de sus fallecidos, como en el caso de Italia de López, quien pidió ayuda a un joven para colocar flores en la tumba de su madre, que está ubicada en la parte superior de uno de los bloques de la puerta 2.
No solo las rosas tienen una gran demanda en esta época, sino también los largarteros y quienes arreglan lápidas aprovechan la ocasión para obtener un dinero extra.