Ángel Domínguez está por cumplir 69 años. Nacido en la isla Santay, es uno de los comuneros más antiguos del lugar que, hasta octubre del año pasado, era ampliamente visitado cada día.

Fue aquel mes cuando la embarcación “Patricia” colisionó contra el paso peatonal que conectaba la isla con Guayaquil. El choque provocó la caída de 840 metros de la estructura y las 52 familias que habitan en la ecoaldea de Santay quedaron casi incomunicadas.

Después de ese hecho, explicó Domínguez, el ritmo de la actividad comercial al que estaban acostumbrados desde que se inauguró el puente, en junio de 2014, bajó considerablemente. “Muchos padres de familia se mantienen con trabajos domésticos en Guayaquil”.

Es la opción que les quedó a quienes manejaban negocios de comidas y venta de artículos. De aproximadamente 250 habitantes santayenses, 65 (26%) quedaron sin trabajo por la caída del puente. El único empleo relacionado al turismo que se mantiene son los paseos fluviales que parten desde el malecón Simón Bolívar.

Jorge Parrales, administrador de este negocio, comenta que el aspecto más difícil es sostener al personal cumpliendo con las aportaciones al seguro social. “Ahí nos ingeniamos porque de esto depende el turismo de Santay”.

La isla, hasta octubre de 2017, recibía 30.000 visitantes por mes. Parrales aseguró que esa cifra se desplomó el 75%, es decir, solo 7.500 llegan mensualmente.

La insuficiencia de botes para el traslado y el mal estado de las camineras que conectan con Durán son los factores que más inciden en el déficit turístico.

“La reparación de las camineras en el lado de Guayaquil fue terminada, pero por el lado de Durán quedó inconclusa”, refirió Parrales.

Los recorridos que parten desde el Malecón 2000 tienen un costo de $ 5 para adultos, mientras que las personas de la tercera edad y con discapacidad pagan $ 3, y los menores de hasta 13 años $ 2,50 (los pequeños de hasta cuatro años no pagan).

Como opción turística están los eventos gastronómicos que se desarrollan periódicamente. Parrales adelantó que para fines de mes se prevé realizar el festival de mariscos para incentivar las visitas a la zona.

Inicialmente se ofreció entregar el puente a los 90 días pero, tras la evaluación respectiva, el plazo se extendió a seis meses. Es decir, el paso peatonal debía estar habilitado este mes.

Sin embargo, el gobernador del Guayas, José Francisco Cevallos, durante una visita a los trabajos de reparación, efectuada a fines de marzo, dijo que la obra concluirá en mayo próximo.

“Estamos muy tranquilos y contentos por el avance reflejado en este momento, se están cumpliendo los tiempos y, sobre todo, en la calidad del material para la reconstrucción del puente”.

Sebastián Lladó, gerente de proyectos de Metain, empresa encargada de la construcción de la estructura, afirmó durante el recorrido con Cevallos que “dentro del cronograma se tiene planificado hacer el izado de las dos vigas, entre el 15 y 25 de abril”.

En el sitio donde cayó la estructura en el río Guayas, se observa una pila (conjunto de pilares) aunque sin cabezal. Un equipo de EL TELÉGRAFO visitó el lugar el pasado martes y no detectó actividad de maquinarias.

El personal de seguridad informó que las visitas de los colaboradores de Metain, en días recientes, son esporádicas. “Hoy (martes) vinieron un rato en la mañana y se marcharon. No sabría decir si regresarán”, sostuvo el guardia que prefirió el anonimato.

Este diario llamó telefónicamente y envió un correo electrónico a Metain para solicitar información al respecto. Al no obtener respuesta, se buscó a representantes de la empresa en sus instalaciones del km 9,5 de la vía a Daule, pero en garita se informó que los delegados de la firma estaban de viaje.

También se contactó al equipo de Comunicación de la Gobernación de Guayas. Se ofreció agendar una entrevista con Cevallos para tratar sobre el tema. (I)