Las obras de Interagua y baches en varias intersecciones mantienen congestionado el tránsito en las calles transversales de la avenida Juan de Dios Martínez Mera, que se conecta con el puente Las Monjas.

Tanto conductores como peatones sostienen que, si bien el tránsito es más fluido desde la apertura del viaducto, las imperfecciones en las vías caotizan la circulación.

A la altura de la calle Jorge Pérez Concha se observan dos hendiduras en el asfalto, que obligan a los carros a frenar pese a que el semáforo está en verde.

Carlos Maridueña, quien se dirigía a unas diligencias en Urdesa, manifestó que al problema de los baches se suman los parqueaderos que existen en el lado oeste de Las Monjas, cerca de la avenida Carlos Julio Arosemena.

“Eso también entorpece el tránsito para quienes vienen o salen de Urdesa, particularmente en horas pico”, sostuvo el conductor.

A lo largo de la Martínez Mera, en las intersecciones de las calles Acacias, Bálsamos, Pérez Concha y Manuel Rendón Seminario, también son visibles algunas aberturas en las veredas.

Estas, en cambio, corresponden a los trabajos que realiza Interagua para cambiar las tuberías de desagüe de este sector.

Las labores han dejado también expuestas las bases de los postes de alumbrado público, que se mantienen sostenidos por cañas y cables.

Jenniffer Cisneros, quien realizó trámites en una agencia bancaria del lugar, dijo que espera que los trabajos de desagüe terminen a la brevedad posible.

“Ya de por sí el tráfico con el puente (Las Monjas) abierto es pesado, como sucede con el que viene desde  la Universidad de Guayaquil y el Albán Borja, y esto lo complica aún más”, aseguró Cisneros. Los peatones, en cambio, tienen sus razones para desconfiar del puente Las Monjas.

Para Gabriel Vega, las barandas de seguridad están muy bajas dado que apenas  le sobrepasan la rodilla.
Aunque son pocas las personas que transitan por esta vía, “creo que cualquiera que se tropiece por aquí puede caer con facilidad”, afirmó.

Según el director de Obras Públicas del Municipio, Jorge Berrezueta, este viaducto tendrá una vida útil de entre 20 y 40 años.

Para garantizar la estabilidad del puente se hicieron pruebas de carga para evaluar si soporta los 25.000 vehículos que pasan por allí diariamente.