Publicidad

Ecuador, 24 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Sobre fundaciones, asentamientos y nombres: Las señas de identidad de Guayaquil (Independiente) y su proyección

Sobre fundaciones, asentamientos y nombres: Las señas de identidad de Guayaquil (Independiente) y su proyección
20 de julio de 2013 - 00:00

La capital de la revolución anticolonial dirigida por Olmedo, la de la insurrección alfarista y de los levantamientos populares de noviembre de 1922 y de mayo de 1944, se ve asediada en estos días por una campaña de encubrimientos, falsificaciones y confucionismo en torno a una supuesta “fundación española” bajo la nominación de Santiago de Guayaquil promocionada desde la Municipalidad (socialcristiana) de Guayaquil y con el lamentable aval de la Gobernación del Guayas y de otras tantas instituciones públicas, autónomas y privadas donde se enseñorean concepciones, actitudes y políticas identificadas con el tradicionalismo “pelucón”, con los prejuicios excluyentes de un pensamiento colonizado y señorial, así como con el sentimiento de desprecio hacia un pueblo que se enfrenta con tenacidad y perseverancia a una situación agobiante y dura.

Frente a estas aseveraciones infundadas solamente quisiera dejar esclarecidos los siguientes hechos incontrastables:

1.- La fundación como acto jurídico constitutivo de un poblamiento hispano en territorio de la actual República del Ecuador tuvo lugar el 15 de agosto de 1534 en el valle de Cicalpa (actual provincia de Chimborazo), por Diego de Almagro bajo la denominación de Santiago de Quito. La elección del nombre responde a la identificación de la empresa conquistadora con el santo patrono de la reconquista ibérica, el apóstol Santiago, a quien se lo denominase como “Santiago mata-moros”, colocando con este remoquete bajo su tutela a las huestes hispanas; y ya en el siglo XVI se adapta esta denominación a la de “Santiago mata-indios”, para la empresa de la conquista americana.

2.- El asentamiento definitivo del poblado en su actual jurisdicción a partir del cerro de la Culata como observatorio y sitio dominante de la ría del Guayas, se produjo en 1541 cambiando tan solo su denominación a la de Santiago de Guayaquil, siguiendo la costumbre hispánica de combinar un santo patrono con el toponímico local.

3.- Ya en la época de la colonia, al consolidarse en el siglo XVIII la administración borbónica que sustituyese a la dinastía de los Habsburgo, cuando el papel y la función de la ciudad y del cabildo como conjunción de vecinos súbditos  sustituye a la topografía barrial correspondiente a los antiguos oficios y estamentos de los poblados se institucionaliza el festejo barroco de la fiesta patronal del apóstol Santiago (25 de julio) con misas, procesiones, corridas de toros y bailes públicos. A través de esta metáfora compuesta de símbolos religiosos, emblemas, y escudo de arma, de la ciudad y discursos sobre un comienzo fundante decidido por voluntad suprema (divina y regia), se expresa un poder y un saber coloniales.    

4.- Tras el proceso de la independencia, el cabildo insurgente resolvió a propuesta de José Joaquín de Olmedo variar la identidad y la enseña del asentamiento colonial a la de Guayaquil independiente y a una bandera celeste y blanco, con tres estrellas blancas en la parte central de las franjas alternas.

5.- Como parte de la guerra por la independencia de la Antigua Audiencia y la conformación de un ejército liberador (la División Protectora de Quito), el mismo cabildo insurgente, a instancia de Olmedo resolvió, además del cambio de la denominación y del emblema, prohibir el festejo del día del apóstol Santiago el 25 de julio por tratarse de una celebración colonial contraria al orden republicano, que únicamente generaba algazaras y disturbios, situación que se mantuvo durante la República, quedando convertido en festejo exclusivamente religioso para los fieles promovido por la conservadora Iglesia Católica.

6.- En 1963 la dictadura militar, instaurada bajo el auspicio del intervencionismo estadounidense, impuso la restauración del festejo del 25 de julio con bailes barriales esta vez como supuesta fecha de la fundación de Guayaquil para contraponerla a la fiesta cívica del 9 de octubre con la finalidad de evitar que en la tradicional parada se congregase la ciudadanía y pudiese pronunciarse contra la dictadura, como en efecto había sucedido.

7.- En plena época del auge petrolero y bajo el gobierno de Rodríguez Lara se oficializó por el propio Municipio tal festejo infundado del supuesto inicio de nuestra urbe, sin considerar ni la existencia de poblamientos indígenas previos a la conquista, ni el pronunciamiento anticolonial de los patriotas de octubre de 1820.

¿Por qué esta grosera tergiversación de las verdaderas señas de identidad histórica de Guayaquil? La respuesta es: Para escamotear a la conciencia la experiencia histórica de resistencia indígena, de independencia y libertad que forma parte de nuestro legado ciudadano.

Esperan así estos sectores desviarnos del camino hacia la segunda independencia donde flamean las enseñas y las orientaciones de progreso social, democracia auténtica y bienestar popular que heredamos y que hoy se expresan en el régimen constitucional del buen vivir y del poder ciudadano como imperativos.

Corresponde a la Universidad de Guayaquil –prohijada por Vicente Rocafuerte y por su discípulo el líder liberal Pedro Carbo- dar la batalla ideológica por la verdad histórica, por la salvaguarda de nuestro patrimonio inmaterial que conforma la tradición revolucionaria y popular de lucha anticolonial y por la formación de nuestro pueblo en la misma. Para ello la gloriosa Universidad de Guayaquil  debe convertirse en prestigioso centro de debate e investigación, en fuente de difusión de ideas y en laboratorio para la gestación y transmisión de saberes; conducida en su accionar por los objetivos que la inspirasen y que conforman su propio ser, tan venido a menos por el imperio de mezquinos y pasajeros intereses, de los cuales sabrá indudablemente liberarse para cumplir con su gran destino: contribuir a mantener iluminada nuestra senda con la luz de la aurora gloriosa de octubre y con la antorcha resplandeciente de la alfarada.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

El Telégrafo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media