El taxista Jonathan Camacho, regularmente, a las 12:00 maneja por Urdesa y Miraflores (norte), debido a que muchas personas, empresarios y estudiantes, se trasladan hacia el San Marino, Policentro o al centro de la ciudad.

El congestionamiento que observa  en la avenida Víctor Emilio Estrada, bajando por el puente de Las Monjas, no le sorprende a esa hora. “¡Primero fue la falta del puente!, ¡luego las obras de regeneración!..., pero ahora  son los semáforos que no están  sincronizados”, reclamó.

Uno de los dispositivos a los que hace referencia, ubicado en Las Monjas, dura solo 15 segundos para cambiar la señal de verde a rojo. Mientras que otro, a pocos metros, se prolongó por 25 segundos. “Están desincronizados desde que se iniciaron las obras de reparación del puente y hasta la fecha no los calibran”, denunciaron varios moradores.

Según datos de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE), en la ciudad hay 1.894 semáforos, que son controlados por la entidad. A estos se suman 3.127 dispositivos que están a cargo del Cabildo (1.739 vehiculares y 1.388 peatonales).

Aparte del caso de Urdesa, según comprobó este diario, hay otros similares en las ciudadelas Alborada y Garzota (calles Rodolfo Baquerizo y Agustín Freire), y en las avenidas  Víctor Emilio Estrada y Juan Tanca Marengo.

La falta de sincronización de los semáforos también preocupa a los peatones de la Domingo Comín (sur). Martha Cangá, una septuagenaria con movilidad reducida, es una de las personas que reclama que solucionen el problema. 

En el paradero de la Metrovía del Guasmo Central hay un semáforo con un botón que el peatón debe presionar para acelerar el cambio de color rojo a verde, lo cual toma alrededor de dos minutos. 

Pero a los cinco segundos, cuando la adulta mayor intentaba cruzar la calle, el aparato cambió a rojo. Cangá, quien se quedó a medio camino, se  apresuró a caminar con una de sus piernas deforme y un bastón, con el riesgo de tropezar y sufrir un accidente.

En otros sectores que  se repiten estos problemas para los peatones son la avenida Malecón, al pie del paradero del cine IMAX, y en la Carlos Julio Arosemena, paradero de la Metrovía del Colegio Fiscal 28 de Mayo. 

Al respecto, Manuel Salto, miembro del Observatorio por los Derechos de los Adultos Mayores, denunció que sus vidas están en riesgos, pues es común en los choferes acelerar cuando ven la luz amarilla, en vez de parar la marcha del automotor.

Pero no solo los adultos mayores son afectados con este inconveniente, a este colectivo se suman las personas con discapacidad. Las personas no videntes que circulan por el centro de la urbe también perciben los congestionamientos, que se generan por la falta de sincronización en los semáforos.

En su caso, refirió Jonathan Bastidas, un ciudadano no vidente, la falla en estos dispositivos les causa problemas con los choferes, pues tocan el claxon para exigirles que pasen rápido.

Bastidas estimó que los desperfectos en los semáforos deben ser arreglados para evitar que haya accidentes y que se coloquen más dispositivos inteligentes con sonidos para los invidentes. “Hace  falta de esos en las calles García Avilés, Rumichaca y la avenida Quito”, manifestó.

También solicitó a la CTE que sancione a los choferes que se detienen sobre el paso cebra conforme se estipula en la Ley de Tránsito (Art. 142).