Samborondón beneficiado con el auge inmobiliario
El arquitecto César Aro, director de Planificación Urbana del Municipio de Samborondón, manifiesta que “el desarrollo urbanístico de La Puntilla se ha acentuado en los últimos 5 años” debido, entre otras razones, “a la falta de planes habitacionales en Guayaquil, al alza de la delincuencia y al auge del crédito hipotecario”.
Pero también identifica a “la búsqueda de estatus y prestigio” como la motivación de aquellos que viven en el sector, “a pesar de que sus actividades las realicen en Guayaquil”.
Este crecimiento urbanístico y poblacional le ha permitido al Municipio de Samborondón el ingreso de recursos por cobro de impuestos que superan los 5 millones de dólares ($ 5’467.751,04), según las proyecciones del presupuesto de este año.
Aro manifiesta que “desde la construcción del puente Rafael Mendoza Avilés” -a finales de los años 60- “comenzó el interés en convertir esta zona en un lugar residencial”. En los primeros años, la zona era destinada a la siembra y cosecha de arroz, así como a la ganadería, hasta que se dio paso a las urbanizaciones.
El director de Planificación recuerda que “las primeras fueron La Puntilla, Entre Ríos y Aquamarina”, para dar paso posteriormente a un mayor desarrollo urbanístico que hoy “comprende alrededor de 100 conjuntos residenciales”, con una “gran infraestructura comercial, gastronómica y de entretenimiento” a lo largo de los 10,5 km de vía.
En los primeros años, el precio del metro cuadro en La Puntilla era inferior al registrado en Guayaquil, “pero hoy en día su valor supera los 150 dólares”, señala Aro, convirtiéndose así en una de las zonas de mayor plusvalía del país.
El metro cuadrado de construcción puede alcanzar los 500 dólares, por lo que un apartamento se cotiza entre 50.000 y 100.000 dólares, mientras que una vivienda en una de las urbanizaciones de la zona puede llegar al millón de dólares, dependiendo de la extensión del terreno y de los acabados que el propietario desee (piscina, cancha de tenis, sauna, etc.).
Una de las ventajas que identifica Aro para la llegada de ciudadanos a La Puntilla “son los impuestos y el tiempo para la obtención de permisos de construcción”.
En el primer rubro “los tributos que se cancelan son más bajos que en Guayaquil”, mientras que en lo que respecta a los permisos, el trámite no supera los 2 meses, cuando en la Perla del Pacífico puede llegar a los 6 meses”, comenta un vendedor de carpetas en los bajos del Cabildo porteño.
Colapso
Para José Centeno, presidente de la Cámara de la Construcción de Guayaquil, “en poco tiempo el sector de La Puntilla será copado en su totalidad”, por lo que augura que Guayaquil se verá beneficiada con proyectos urbanísticos a lo largo de la vía a la Costa”, “donde existe gran cantidad de terreno que se lo puede destinar a ese fin”, criterio que es compartido por Rafael Estrada, Presidente del Colegio de Ingenieros Civiles del Guayas, que agrega a la vía a Daule como otro punto de desarrollo.