Una música de reggaetón suena a alto volumen en un local de la Avenida 9 de Octubre, al mismo tiempo, conductores tocan incansablemente las bocinas mientras circulan por la transitada vía.

Los factores mencionados se presentan con mayor fuerza durante diciembre y generan hasta 120 decibeles de ruido según estudios de la Fundación contra el Ruido, Ambiente Contaminante y Tabaquismo (Funcorat).  

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que es saludable la recepción de sonidos que generen hasta 60 decibeles (db) que es la medida usada para medir el ruido.  

Pasado ese rango, el efecto en la salud humana implica sordera parcial o total, afirma Francisco Plaza, presidente de la Funcorat.

La temporada de compras y el movimiento comercial que genera este mes es lo que incide en que los niveles de ruido aumenten cada año.

Entre las zonas más críticas están las avenidas 25 de Julio, Quito y 9 de Octubre, las calles Rumichaca, Lorenzo de Garaicoa, y el perímetro que compone el sector de la Bahía (Chimborazo, Colón, José Vargas y Capitán Nájera).

En la 9 de Octubre, desde Lorenzo de Garaicoa hasta Chile, por ejemplo, al menos 5 locales aplican como estrategia de venta la colocación de música en equipos de audio y video.

El sonido que generan puede ser escuchado hasta una cuadra de distancia lo cual cubre las 6 cuadras que componen el tramo mencionado.

La estrategia del ruido como ‘enganche’ es universal, según una investigación de Celestino Martínez, consultor en Mercadotecnia.

Los dueños de locales colocan algún tipo de música o programa pensando en un grupo específico: deportistas, aficionados a algún tipo de música, entre otros.

El investigador detalló que cualquier ruido estridente dificulta la capacidad de concentración y lo que, seguramente, buscan los comerciantes es que los clientes “hagan una compra irreflexiva”.

La técnica también es aplicada en el sector de la Bahía, especialmente en el callejón Villamil donde se promocionan televisores, radios, consolas de videos y videojuegos, y CD de música y películas.

Javier Meza, vendedor de películas, asegura que el volumen que utilizan es bajo con respecto al de la 9 de Octubre. La Policía Metropolitana patrulla constantemente la Bahía “y da parte al Cabildo y la comisaría municipal llega a clausurar”.

Mientras que los conductores justifican el uso de las bocinas en las calles por los continuos congestionamientos que hay en las intersecciones.

Carlos Martillo, conductor de taxi, comenta que en este mes la mayoría de personas prefiere usar su propio vehículo antes que el transporte urbano para realizar sus compras. “Las autoridades deberían restringir el tránsito durante estos días”.

Al ruido generado por locales y automotores se suman los trabajos desarrollados por el Municipio, como en las calles Víctor Manuel Rendón y Rumichaca.

El gobierno seccional regula a través de la Ordenanza para Prevenir y Mitigar el Ruido en el cantón, creada en 1960 y actualizada en 1985 y 2014.  

La multa para quien altere “la actividad laboral o el descanso colectivo” con la producción de ruidos es desde el 12,5% hasta el 125% del salario mínimo vital, es decir, de $ 42,5 a $ 425.

La Ley de Tránsito también contempla en el artículo 139, literal a, una multa del 5% del salario mínimo ($ 17) y la reducción de 1,5 puntos en la licencia de conducir a quien haga uso indebido de la bocina.

Para Plaza, la sanción debe ser, por lo menos, de $ 500. La propuesta será incluida en un reglamento que presentarán a las autoridades en 15 días.

También se plantearán solicitudes respecto al uso de explosivos en fin de año.

DATOS

Según un estudio de la Funcorat, se alcanza hasta 80 db durante el día y a 70 db en la noche. Los altavoces y otros dispositivos usados en los locales comerciales llegan hasta 65 db.

En 2011, el Municipio de Guayaquil también desarrolló una investigación sobre los niveles de sonido en la urbe y afirmó que el 84% de la contaminación auditiva proviene del tránsito urbano.

En 2013, la Funcorat informó que en las ciudades de Guayaquil y Quito se genera más ruido.

Durante 2012, de acuerdo a las estadísticas que maneja la CTE, el año pasado (desde enero hasta diciembre) se multó a 17.935 conductores en la provincia del Guayas por uso indebido de bocinas. En 2013 fueron sancionados más de 15.000.