José Zambrano tiene 10 años como habitante de la cooperativa Los Pinos, ubicada cerca del bosque protector Bosqueira, zona declarada patrimonio ecológico de la ciudad desde hace 7 años por el Ministerio del Ambiente.

Desde entonces ha conocido de al menos 3 pequeños incendios provocados por personas que buscan apropiarse de terrenos. “Aprovechan cualquier descuido de nuestra vigilancia, pero felizmente no han completado su cometido”.

El Municipio de Guayaquil admite que son constantes los intentos de invasión en zonas protegidas y que el control resulta complejo. Por ello, desde el mes pasado, impulsa un proyecto que involucra a los habitantes de asentamientos humanos adyacentes a los bosques.

Dentro de esta iniciativa, 2 héctareas, de las aproximadamente 130 que componen el bosque Bosqueira, fueron intervenidas con la plantación de 2.400 árboles nativos en coordinación con 6 empresas privadas, explicó Jorge Rodríguez, vocero de la Alcaldía.

El proceso incluye la colocación de hitos que delimitan el área protegida para que ningún ciudadano pretenda construir sobre la demarcación. “Esperemos que con la socialización con la comunidad podamos tener el apoyo necesario”.

Acotó que han existido 19 talleres de capacitaciones para que los habitantes de la zona adyacente -en su mayoría agricultores- aprendan sobre el cuidado de las especies del bosque seco. En total, 1.200 personas, entre vecinos, estudiantes y personal de instituciones privadas, han participado en el proceso.

La iniciativa es replicada en otras áreas sensibles como el cerro El Paraíso. “Todo es parte de la estrategia cantonal y vamos a ir trabajando en otros espacios verdes”.

El próximo miércoles se realizará un taller para la conformación del Comité de Vigilancia Comunitaria del Bosque Protector Cerro Paraíso, como parte del proyecto municipal para proteger y mantener los bosques protectores. (I)