Planteles “sin renombre” tienen menor demanda
La demanda de cupos en colegios que tienen menos popularidad que los emblemáticos se registra con mediana o poca intensidad desde que el pasado jueves comenzó el período de matriculación.
Mientras en establecimientos como el Vicente Rocafuerte, Guayaquil, Aguirre Abad y 28 de Mayo hay representantes de estudiantes que incluso pernoctan; en los centros “sin renombre” llegan a cualquier hora y realizan sus trámites rápido.
En el colegio Numa Pompilio Llona, por ejemplo, para atender a los padres que llegan a las instalaciones, se reparten 100 tiquetes diarios.
Allí, de los 300 cupos que tienen para el 8º de Educación Básica, apenas 120 ya fueron asignados a quienes tienen calificaciones superiores a 16 sobre 20.
La infraestructura de ese plantel, si bien es pequeña en comparación con los emblemáticos, se encuentra en óptimas condiciones y no requiere, todavía, algún tipo de mantenimiento.
Dalton Narváez, rector del establecimiento, comentó que, pese a la buena calidad pedagógica de la institución, los moradores de Gómez Rendón y la 11, donde está ubicado el colegio, buscan otras opciones académicas.
“Se dan casos curiosos, como -por ejemplo- el de un padre que sacó a su hijo de aquí para ponerlo en el Vicente Rocafuerte, pero como allá no obtuvo cupo, el Ministerio (de Educación) lo volvió a reubicar acá”, comentó Narváez.
El docente estimó que, al menos, el 20% de los padres de alumnos zonificados a ese plantel intenta probar suerte en las unidades con mayor renombre.
Así mismo, hay quienes los retiran de los colegios emblemáticos para matricularlos en el Numa Pompilio Llona. “Hay de todo un poco, aunque muchos se dejan llevar por el tamaño y la trayectoria de los planteles llamados emblemáticos”.
La historia, en cuanto a la baja popularidad de centros educativos, se repite en otros planteles de la ciudad, como Provincia de Pichincha, Alfredo Baquerizo y República de Venezuela, donde la capacidad de cupos no sobrepasa los 210.
En cambio, el colegio Enrique Gil Gilbert, que tiene un cupo similar al Pompilio Llona para 8º año (280), agota su capacidad desde los primeros días.
Nancy Rivera, rectora del plantel, manifestó que la popularidad también está condicionada por el mejoramiento pedagógico de cada institución. “No es una tarea fácil construir la reputación de un plantel, es un esfuerzo que debe ser continuo y sostenido”.
Sin embargo, hay casos como el del colegio Vicente Rocafuerte, en donde, a pesar de que en 2011 estuvo en titulares de prensa por problemas de disciplina y la muerte de un estudiante, los padres se sienten inclinados a matricular a sus hijos.
Para algunos, la reputación del plantel más antiguo de la ciudad está intacta; pero hay otros, como Mario Cevallos, que piensan que los actos de indisciplina no se deben olvidar. “Sé lo que ha pasado, pero creo que ya se han tomado los correctivos necesarios; además, aquí hay buenos maestros y lo sé porque ya he saludado con algunos que conocí cuando estudié por acá”.
La popularidad es algo que también afecta a las escuelas. Mientras que en la Alianza para el Progreso, Jaime Nebot Velasco o Alberto Perdomo Franco hay mucha demanda para solicitudes de matrícula, en la Antonio Ricaurte el flujo de personas es regular.
Janina Almeida, directora del centro, aseguró que esta situación, en buena parte, se debe al sistema de matriculación directa. “Habría que revisar esta modalidad, porque se pueden dar casos de personas que se cambian de plantel sin notificarnos y uno no tiene la certeza de cuántos cupos disponibles tenemos para un determinado nivel”.
El proceso de matrícula continuará durante todo el mes de marzo. En este proceso, según el Ministerio de Educación, se recopilarán todos los datos para reubicar a quienes no obtengan cupos en un determinado plantel.