Seminario, el parque preferido por turistas extranjeros
Un lugar que tiene mucha trascendencia en la historia de los guayaquileños es el parque Seminario, ubicado en el centro de la ciudad, frente a la Catedral Metropolitana de Guayaquil.
Con tan solo dar 10 pasos a partir de la puerta se puede observar a quienes se han apoderado del lugar: las iguanas, que están en el suelo, por los árboles o en cualquier sitio en donde se puedan posar.
Algunas son verdes, otras rojizas. Ellas gozan de la compañía de peces, tortugas y palomas que sobrevuelan el lugar y un piso rocoso que hace una combinación perfecta para atraer a los turistas.
El nombre del parque Seminario se lo debe a quien donó el terreno para construirlo, el filántropo Manuel S. Seminario.
Carmen Ruiz Zambrano, de 45 años y oriunda de Quevedo, comenta que lleva 12 años de fotógrafa y dos vendiendo comida para los animales.
Tiene un canasto lleno de fundas de alimento para las palomas, peces y lechuga para sus “hijas” como ella les dice de cariño a las iguanas.
Desde las 08:00 se abre el parque, pero es a partir de las 10:00 que inicia el arribo de los turistas. Uno tras otro compran las fundas de alpiste a 50 centavos para alimentar a las inquietas palomas.
Risas, murmullos y gritos de niños y adultos forman parte del ambiente.
Mildred Warner, una señora de cabellera blanca y ojos azules, radicada en Estados Unidos y de visita en Guayaquil, cuenta que el aire fresco y las iguanas son los motivos por el que visita el parque.
Dice que es algo maravilloso ver a las iguanas, algo que no se observa en su país debido al clima.
Transcurrían las horas y más extranjeros llegaban; algunos lo hacían en buses con sus guías. Con sus cámaras hacían fotos al instante y otros con sus celulares posaban con los reptiles.
En medio de un grupo arribó Bárbara Andreu, una argentina que algo nerviosa intentaba dar de comer a las iguanas. “Es sorprendente lo que tienen en media ciudad. Un sitio con iguanas, peces, ardillas y palomas. Un paraíso sin duda”. (I)