Obras de última hora alteran la vida en el centro de la ciudad
Las obras de regeneración urbana que desarrolla el Municipio de Guayaquil en las calles Los Ríos y 1° de Mayo, en el centro de la ciudad, generan molestias a choferes y peatones, que han modificado sus recorridos para evitar accidentes.
En la calle 1° de Mayo, los bordillos están concluidos pero no las aceras. Las rampas y otras alternativas obligatorias de cruce, estipuladas en el art. 81 de la Ordenanza de Circulación, no están en todos los puntos de la obra.
El estatuto establece que “las obras que afecten a las aceras y a las áreas de calzada previstas para pasos peatonales, mantendrán la circulación y la seguridad de los peatones”.
Algunos transeúntes que pasan por el lugar se arriesgan a caminar por la calzada, cerca de vehículos o implementan sus propias alternativas para evitar accidentes. Carlos Lara, por ejemplo, esperó parado, haciendo equilibrio, en uno de los bordillos de la intersección de 1° de Mayo y Los Ríos para pasar al otro lado de la calle. Las piedras y la tierra de las aceras que están temporalmente destruidas generan además polvo, aseguró Lara, lo que también representa un problema para quienes sufren algún tipo de alergia.
En las intersecciones de las calles Tulcán, Carchi y Av. del Ejército, los huecos en las aceras también son usados para colocar basura.
La proximidad de las lluvias es una situación que también preocupa a choferes y peatones. Si los trabajos no están concluidos, las calles serán vulnerables a inundaciones, según Leonardo Jácome, chofer de taxi.
Para el profesional del volante, el tránsito es más caótico en las horas ‘pico’ porque los vehículos que vienen por Tulcán buscan salir por la 1° de Mayo. “Además del embotellamiento que hay cerca de la Metrovía, los carriles quedaron reducidos por las obras”.
Varios postes, enlazados con una malla de plástico reflectiva de color naranja, delimitan la zona de los trabajos e implican la reducción del área del tráfico de autos, aproximadamente, en un metro.
A lo largo de 5 cuadras en la 1° de Mayo solo se observan obreros y pilas de adoquines. Mientras que en la calle Los Ríos, donde la regeneración urbana se implementará en 8 cuadras, también es notoria la presencia de maquinaria pesada.
En esta parte de la obra, las rampas están colocadas en todas las aceras, tanto para cruzar las calles como para acceder a negocios y condominios.
Sin embargo, los riesgos de accidente se mantienen por el cierre parcial de aceras y carriles. Además del tráfico regular, por el sitio transitan líneas de transporte urbano, como la 124 y 90.
Elena Ortiz, residente del lugar, comentó que en una ocasión se llevó un susto cuando decidió caminar por la calle, debido a la falta de acera. “De un momento a otro tuve frente a mí un bus que daba la vuelta desde Padre Solano, me pasó solo a centímetros”.
La falta de acera también perjudica los negocios, como el de Jorge Calle, en Manuel Galecio y Los Ríos. “Prácticamente no vendo casi ninguna de las baterías para carros que tengo en mi local”.
Las labores en 1° de Mayo y Los Ríos han avanzado el 70%. Según el personal encargado, las obras deberán estar listas en enero del próximo año. Los letreros que indican detalles de los proyectos no especifican el monto de inversión ni el plazo estipulado para la entrega de los trabajos.
DATOS
La Ordenanza de Circulación establece, en incisos del art. 81, que la anchura mínima del paso para peatones, en sitios de obra, “será de 1.50 metros medidos desde la parte más saliente de las vallas o de los elementos de señalización. La altura del paso será de al menos 2.10 metros”.
Además se estipula que, “los pasos peatonales a nivel o pasos ‘cebras’ no verán reducida su anchura en más de un 50%” y “se deberán instalar pasarelas, tablones, estructuras metálicas, etc., de manera que el paso se haga sin peligro de resbalar y adecuadamente protegido, cuidando que los elementos que forman el paso estén completamente fijos”.
