No todas las restricciones en el Malecón constan en una norma
Gustavo Valle, fotógrafo profesional, usa cotidianamente una bicicleta para movilizarse por la ciudad. Desde que era estudiante de colegio realiza esta actividad.
El pasado 20 de enero iba con su vehículo a pedal por el Malecón 2000, caminando, consciente de que dentro del sitio recreativo no se permite transitar sobre ruedas y de que las bicicletas deben ser llevadas a pie (la justificación de la Fundación para imponer esta medida es la prevención de accidentes).
Al llegar a la altura de la calle Aguirre, Valle notó que una de sus llantas está ponchada, de modo que procede a cambiarla, entonces se encuentra con que no puede completar dicha tarea porque un guardia del lugar le informa que aquello está prohibido y le solicita que se retire.
“Que si no me retiraba él tendría problemas con su jefa y que yo estaba siendo grabado”, narró Valle.
Para no incomodar más al custodio y cambiar la llanta, el ciclista optó por cruzar la calle y estacionarse al pie de la Universidad de las Artes. Esta historia fue expuesta en su cuenta de Facebook.
Las impresiones ciudadanas sobre los guardias y sus reglas para preservar el orden son percibidas como negativas. Los celadores transmiten a los usuarios prohibiciones verbales que no están escritas en ninguna parte, como no tomar fotos o restricciones sobre muestras de afecto (besos y abrazos románticos).
Un equipo de EL TELÉGRAFO llegó ayer hasta el lugar para realizar fotografías y un guardia inmediatamente se acercó a preguntar si se tenía el permiso respectivo y el periodista contestó que la Fundación Malecón 2000, en una carta dirigida a este medio, había dicho que no se requería autorización para esta actividad. “Ah, era solo por confirmar. Hay muchos que llegan con fines lucrativos”, replicó el celador.
La entidad hace una puntualización. Si bien existen normas que buscan preservar los bienes públicos, se quiere garantizar el orden respetando la libre circulación de personas.
Incluso se capacita una vez al año a los guardias para que tengan un trato amable con los transeúntes, aseguró María Luisa Barrios, vocera de la Fundación Malecón 2000.
Reiteró que no existe disposición para restringir la circulación de ciclistas “siempre que la bicicleta sea llevada a pie”.
Sobre la situación del ciudadano Gustavo Valle, Barrios comentó que la acción del guardia fue personal y no representa lo dispuesto por la fundación. “Lamentamos que haya procedido así”.
Sobre el uso de cámaras fotográficas profesionales, la entidad municipal informó que la disposición es que no se impida su utilización.
Sin embargo, Barrios precisó que si se requiere algo más elaborado, como una sesión de fotos, allí sí se requiere una solicitud para constatar que no se entorpezca alguna obra o el libre tránsito de personas. El permiso es totalmente gratuito. (I)
Restricciones
Bombero acosado
En septiembre de 2016, Julio Jalón, miembro del Cuerpo de Bomberos, describió en su cuenta de Twitter el desagradable momento cuando dos guardias cercaron a su familia por tomar fotos dentro del Malecón 2000.
2 kilómetros y medio tiene el malecón Simón Bolívar, dentro de la zona regenerada.
No hay prohibición
En una carta, en 2016, la Fundación Malecón 2000 aseguró que no hay prohibición para tomar fotos.