“No tengo claro que pasará cuando nazca mi bebé”
“Cuando tenía siete años dejé la escuela sin que mis padres se enteraran y con la ayuda de mi hermano mayor. Desde ese tiempo mi vida se desarrolló en la calles. Pasaba con mis amigos y con los años vinieron las fiestas y el consumo de licor. Recién cumplí 18 años y en cuatro meses tendré mi primer hijo.
En el momento en que nos enteramos del embarazo con mi pareja, que creo que tiene 16 años, decidimos tener una relación formal, ahora vivimos juntos y yo trabajo en albañilería.
Tardo una hora en llegar a mi lugar de trabajo en el Valle de los Chillos, desde el extremo sur de Quito, donde vivo; mi jornada se inicia a las 05:00 y termina a las 17:00, por esto recibo $60 al mes.
Decidí trabajar a causa del embarazo de mi pareja. Aunque mis padres siempre me insistían en que estudiara o trabajara, mi hermano y yo nos las arreglábamos para salir con los amigos e irnos a tomar.
Nunca me imaginé ni esperé ser padre, esto fue algo que no estaba dentro de mis planes a corto plazo. La primera sensación de miedo que tuve fue al enfrentar a mis padres y la madre de ella; una vez superado ese hecho, me quedé con la misma sensación de miedo por la idea de ser responsable de una nueva vida.
Es que para mí la vida era fácil, lo que hacía era conseguir dinero de algún conocido para comprar el licor y cubrir los gastos de las fiestas, $2 eran suficientes, porque mi hermano cubría el resto de los gastos, era un estilo de vida que no planeaba cambiar.
Como no terminé de estudiar y tampoco quise, no pude encontrar un mejor trabajo, pero con el que tengo ahora creo que sí he de poder cubrir las necesidades básicas de mi hijo, hay que ver en qué habrá que gastar cuando nazca.
La verdad es que me siento muy feliz de ser papá, porque se siente bien saber que uno puede dar vida y cuidar a un ser humano de su propia sangre, y cómo es pequeñito no creo que necesitemos mucho para empezar. Por ahora no sé qué mismo quiero para mi hijo, solo pienso que ya no tengo libertad.
Me siento confundido y no tengo muy claro qué irá a pasar cuando nazca, tal vez nos casemos, solo espero que mis padres y los de ella continúen apoyándonos principalmente en lo económico. Le daré los pañales y lo que necesite, la leche le dará la mamá. Lo que me urge es comprar un tanque de gas para sacar un cuarto y vivir los tres.
Con la paternidad llegó el deseo de cambio, no quiero volver a estudiar, pero sí continuar trabajando en la construcción, siento miedo de lo que me espera en el futuro porque no sé si sabré criar bien a mi hijo.
Lo que sé es que por ahora no me quiero casar, porque no le conozco bien a la madre de mi hijo, antes solo salíamos de vez en cuando, no éramos ni amigos, solo conocidos que pasábamos bien, tal vez ella quiera terminar de estudiar, supongo que lo decidirá sola cuando tengamos a nuestro hijo. Por ahora seguiremos viviendo juntos.
Mis papás me dicen que no es fácil estar casado y criar un hijo; dicen además que la vida cambia y que a veces hay que hasta olvidarse de los amigos. Extraño mi libertad porque ahora solo paso con ella en la casa cuidándola y esperando que nazca mi hijo y a mí me gusta salir con mis amigos.
En esta semana nos dicen si tendremos una niña o un niño, yo quiero que sea una niña, son más alegres y es más fácil criar”.