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Nada puede suplantar a la leche materna

En la maternidad conocida como las marianitas de Guayaquil funciona un banco de leche materna.
En la maternidad conocida como las marianitas de Guayaquil funciona un banco de leche materna.
Foto: cortesía de la Facso
12 de marzo de 2016 - 00:00 - Cintya Párraga Luna, estudiante de Facso

Gladys García es una joven que tuvo complicaciones para amamantar a su pequeña hija. Por ser madre primeriza, durante el período de embarazo, personal especializado del banco de leche del  Hospital Mariana de Jesús, en Guayaquil, la asesoró en el tema de la lactancia.

Casi dos meses  después, Gladys comenta que ese lapso de aprendizaje le sirvió para donar leche a niños que necesitaban alimentarse.

Llegó a tener abundante líquido lácteo. “Me daba tristeza escuchar el llanto de los bebés, que no eran amamantados, por distintas razones, entonces decidí donar, porque también soy madre y no me gustaría que mi hijo pase hambre”.

La dificultad que afrontan algunas madres es que no saben dar de lactar. En cambio, otras sienten mucho dolor en las primeras succiones del pequeño.

Esto se debe al desconocimiento de la estimulación que pueden realizar en sus mamas.

El último factor se presentó en Dolores Chacha, madre de un bebé de prematurez intermedia. Ella aprovechó  los  beneficios de la donación,  porque su leche no era suficiente para amamantarlo; además recibía recomendaciones sobre el plan canguro, un proceso que consiste en mantener al bebé sobre el pecho de la madre durante el día, con el soporte de un pañal. Con este plan el menor gana peso y la madre mejora la estimulación de leche; gracias al calor que se produce en el contacto.

En este lugar el proceso para  donar es sencillo. La extracción del líquido, a través de una máquina especial, es el primer paso, luego se  congela y el estudio físico y químico determina si está apto para su consumo. Si aprueba el análisis la leche es pasteurizada y puede durar hasta seis meses.

Oswaldo Andrade, jefe de Neonatología y Banco de Leche en este hospital, recomienda que en las unidades que nacen niños y en empresas que tengan mujeres en etapa de maternidad debe funcionar  un lactario (ambiente donde se puede   extraer la leche materna y conservarla adecuadamente). “La madre puede acudir a una pequeña área  de su trabajo, extraer la leche, conservarla y llevarla al bebé cuando regrese a su casa. Entonces se evita darle leche de fórmula”, indica.

Se suple una gran necesidad

“A nuestras pacientes les enseñamos que es importante amamantar a los menores porque los nutre y los hace mejores seres humanos cuando ya son adultos. Las madres se van convencidas de que los primeros meses son vitales para estar cerca del menor”.

Una etapa importante para el bebé es cuando recibe la primera amamantada conocida como calostro. Esta leche lo protege de enfermedades propias de la infancia. Con los días esta leche se vuelve calórica y le aporta nutrientes esenciales.  

Kerly Soto, especializada en nutrición, recomienda que hasta los seis meses la madre dé de lactar a un bebé, porque este proceso aporta hierro, proteínas, calcio y hormonas de crecimiento; pero si el menor no quiere hacerlo y no desea dejar el seno se tiene que aplicar el plazo hasta que lo deje.

La suplantación de la leche materna por una de fórmula no solo tiene un costo económico. El infante puede presentar complicaciones, como cólicos, gases, estreñimiento y pérdida de peso.

Para que haya un mejor flujo de leche, la madre debe  llevar una alimentación equilibrada, darse masajes, utilizar paños de agua tibia y recostar en su pecho al bebé. De esta forma habrá una estimulación en la salida del líquido.

“En nuestra población cuando nace el niño,  la madre entra en una dieta con base  de  sopas, aguas aromáticas, coladas y muchas veces llegan a la consulta con poca leche”, explica Soto.

Para la mujer que trabaja o estudia es difícil amamantar a su hijo,  para ello puede realizar un banco de leche en casa. Una vez succionada se la  almacena en  frascos  de vidrio con tapa rosca plástica identificándolos con la fecha de envasado. Se la deja en el congelador apartada de otros alimentos y ya cuando el menor la necesite se la calienta en baño maría. El uso de biberones puede ser reemplazado por una cuchara, goteros o jeringuillas. Su almacenamiento puede durar hasta 15 días.

En  2015 el Hospital Mariana de Jesús obtuvo 499 litros de leche por el aporte de 2.657 donadoras, la cantidad fue distribuida entre 853 recién nacidos. Se beneficiaron niños prematuros que estaban ingresados en el área de cuidados intensivos. Además se dio consejería a 4.855 madres en el período de lactancia. La meta este año es llegar a recolectar 100 litros mensuales, para esto se realiza la campaña ‘La leche materna el mejor alimento’.  

El excedente en una madre puede convertirla en una nodriza del siglo XXI  porque daría su leche a neonatos en etapas críticas. (I)

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