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La Defensoría del Pueblo realizó una encuesta sobre el servicio

Metrovía implementa, a medias, nueva señalética

Los usuarios, en las horas pico, no evitan apoyarse en las puertas; entran en desorden a las unidades.
Los usuarios, en las horas pico, no evitan apoyarse en las puertas; entran en desorden a las unidades.
Foto: Miguel Castro / El Telégrafo
09 de julio de 2016 - 00:00 - Redacción Guayaquil

Un alimentador de la Metrovía, identificado con el número 3.568, circula por la calle García Avilés y un pasajero pulsa inútilmente el timbre para solicitar la parada. No funciona.

Por tal razón, golpea el interior del chasis con la mano abierta para ser escuchado, pero el dispositivo dañado no es lo único que llama la atención. El vehículo circula con las puertas de ingreso abiertas y los protectores de caucho lucen desgastados. Los daños, especialmente en las unidades más antiguas, son cada vez más evidentes.

Aunque los usuarios reconocen las fallas del sistema, también destacan mejoras recientes. En algunas unidades del consorcio Metroexpress se ha colocado una nueva señalética en las puertas de los articulados.

Los rótulos son de color amarillo y las letras negras y rojas. Desde la parte interior se indica que los pasajeros no deben apoyarse contra las puertas. De esta manera se evita un nuevo incidente, como el ocurrido el mes pasado, cuando una mujer salió expulsada y fue aplastada por el mismo bus.

Otro letrero, desde la parte exterior señala de qué lado se ingresa y se sale de las unidades. Para Frankie Hinostroza, coordinador de la Veeduría Metrovía, la novedad representa un aspecto positivo, pero que debe ser mejorado.  

El letrero de precaución aún no se encuentra disponible en el total de la flota del sistema de transporte municipal, que consta de 400 vehículos aproximadamente.

Durante el único encuentro que la veeduría tuvo con representantes de la Fundación Metrovía, se advirtió que los automotores no prestan todas las garantías exigidas para los buses. Hinostroza manifestó que los articulados no cuentan con una señalética “que eduque al pasajero en el uso correcto de los mismos”.

Además se abordó el tema de la falta de rampas para las personas con discapacidad y de la tercera edad. “Ellas actualmente dependen de la buena voluntad de algún ciudadano que les ayude a subir a los buses”, comentó el veedor.

Las rampas fueron parte de las unidades desde sus inicios, en 2006. Sin embargo, los choferes solicitaron su eliminación para optimizar la velocidad de las frecuencias.  
Hinostroza considera que la colocación de la nueva señalética “es una victoria parcial de nuestro objetivo, pero esperamos que todas las sugerencias sean escuchadas”.

La Defensoría del Pueblo y la Veeduría Metrovía observan este tipo de novedades, tanto en el sitio como en las redes sociales. El primer organismo, durante esta semana, realizó una encuesta para conocer la percepción ciudadana sobre el transporte.           

Los datos serán incluidos en una investigación de oficio que la Defensoría ejecuta tras la muerte de una joven que fue arrollada por un articulado, en junio pasado. No obstante, el expediente no guarda relación alguna con el incidente.

Zaida Rovira, delegada de la Defensoría en Guayas, puntualizó que el tema del accidente corresponde a la Fiscalía.   

El artículo 215 de la Constitución del Ecuador atribuye a la Defensoría del Pueblo “el patrocinio, de oficio o a petición de parte, de las acciones de protección, hábeas corpus, acceso a la información pública, hábeas data, incumplimiento, acción ciudadana y los reclamos por mala calidad o indebida prestación de los servicios públicos o privados”. Además,  investigar y resolver, en el marco de sus atribuciones, sobre acciones u omisiones de personas naturales o jurídicas que presten servicios públicos.

En un reportaje reciente publicado por este Diario, la Fundación Metrovía admitió que en lo que va de 2016 se han recibido 1.400 quejas ciudadanas sobre el sistema. También se intentó contactar telefónicamente con representantes de la entidad para conocer detalles de los cambios implementados en los articulados de Metroexpress, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta. (I)

DATOS

El sistema de transporte Metrovía, que opera desde 2006 en Guayaquil, se maneja con elementos propios de la empresa privada: concesiones y fideicomisos.   

Al 2016, 4 consorcios, una empresa privada y entidades bancarias, intervienen en el control, regulación y funcionamiento de terminales, paradas y unidades.   

La Fundación Metrovía concesionó a los consorcios Metroquil, Metrobastión y Metroexpress la adquisición y conducción de los articulados y alimentadores que circulan por la ciudad.

Durante la reunión con la Veeduría Metrovía, la entidad aclaró que el único presupuesto que reciben por parte del Municipio se destina exclusivamente al mantenimiento de paradas y terminales. La parte administrativa es autosustentable.

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