El sistema de transporte Metrovía, desde sus inicios en 2006, no consigue satisfacer a la mayoría de miles de usuarios que se movilizan en los articulados y alimentadores de las tres troncales que componen el servicio.

Pese a los esfuerzos de las operadoras (Metroquil, Metroexpress y Metrobastión) de mejorar la atención, especialmente en las horas pico, los pasajeros no perciben un cambio significativo.

Las quejas son variadas y, para muchos, permanentes aglomeraciones en paraderos y vehículos, demora en las frecuencias, fallas en la ventilación, robos, acoso sexual y contaminación del aire.

A esto se suma el aumento progresivo del número de usuarios, sin que la flota compuesta por 217 articulados (54 en Metroquil, 95 en Metroexpress y 68 en Metrobastión), logre satisfacer las exigencias ciudadanas.

La Fundación Metrovía estimó, en 2006, que 140 mil pasajeros diarios era la capacidad de traslado de la Metroquil; en 2008, se calculó 200 mil en la Metrobastión, y en 2013, 270 mil en la Metroexpress.

Hasta diciembre del año pasado, las cifras indican que hubo un incremento de entre el 2,5% y 21,4%, con relación a la estimación inicial: 30 mil usuarios más en Metroquil, 5 mil en Metrobastión y 20 mil en Metroexpress.

EL 15% DE LAS DENUNCIAS NO SON ATENDIDAS

 La Fundación Metrovía atendió, en promedio, solo el 85% de las denuncias presentadas durante 2013, según una evaluación interna de la entidad.

El estudio revela que en la mitad de los meses del año (febrero, marzo, abril, mayo, octubre y diciembre), no se cumplió con el objetivo de dar trámite al 95% de las quejas ciudadanas. Mayo fue el mes con la calificación más baja (70,31%) mientras que enero obtuvo la más alta (100%).

De acuerdo con el sistema de transporte municipal, los robos y asaltos constituyen el 50% de las quejas receptadas y el 43% se distribuye en observaciones por extorsiones, lesiones, hurtos, entre otros.

Además, desde enero hasta mayo de 2013, la Fundación recibió 218 quejas contra los conductores, específicamente porque cierran las puertas muy rápido.

De igual manera, los guardias ocupan el segundo lugar con 81 denuncias. Los usuarios aseguran que ellos no hacen respetar las filas y tampoco ofrecen seguridad, debido a que se registran robos también en las paradas y no solo dentro de las unidades.

En tercer puesto, con 67 quejas, están quienes cobran el pasaje.Las observaciones motivaron al movimiento Mi Cometa para realizar una encuesta que determinó que el 48% de los usuarios está insatisfecho con el servicio.

Además, el 71% de los entrevistados expresó que está a favor de contar, además de la Metrovía, con las tradicionales líneas de transporte urbano. Mientras que el 21% contestó negativamente y el 8% no se pronunció.

Por su parte, la Fundación contrató, en 2012, a la consultora Imfad para evaluar el servicio. La investigación reveló que 20% calificó el servicio como malo y regular, el 11% de muy bueno y excelente, y el 69% de bueno. Para llegar a la conclusión de que el 80% de los clientes se encuentra satisfecho, se sumaron las respuestas bueno, muy bueno y excelente.

La Fundación anunció, en su página web, que mañana dará a conocer el informe de rendición de cuentas correspondiente a 2013, conforme a lo estipulado en la Ley Orgánica de Transparencia y Acceso a la Información Pública y el art. 90 de la Ley Orgánica de Participación Ciudadana y Control Social.

El alcalde Jaime Nebot visibilizó, en agosto de 2013, el problema de Metroquil, para cumplir con la demanda de pasajeros y advirtió con tomar correctivos si los problemas no eran solucionados.

"O me crecen con la oferta de servicio o les abro un concurso y vendrán otros a aportar con los buses complementarios, pero el pueblo tiene que estar servido”, dijo.

Entre agosto de 2013 y febrero de 2014, la Fundación adicionó 4 articulados en Metroquil, 3 en Metrobastión y 5 en Metroexpress. Sin embargo, la Empresa Municipal de Tránsito cumplió con la advertencia del burgomaestre y, en la semana anterior, convocó a una nueva licitación para una nueva operadora en la ruta de Metroquil.

El nuevo proceso busca aumentar en 10 articulados -o 6 biarticulados- y 10 buses alimentadores, las unidades de la troncal más antigua.

Aunque los contratos de los consorcios estipulan exclusividad en sus respectivas rutas, el estatuto de la Fundación otorga a esta entidad la competencia de “realizar todas las gestiones necesarias para el cumplimiento de su objeto”.

Federico Von Buchwald, gerente de la Fundación, justificó la medida en un crecimiento inusual de la demanda del servicio. Desde inicios de este año, en declaraciones a este Diario, no descartó la adquisición de biarticulados (buses de tres vagones) para complacer al usuario.

El nuevo proceso de licitación demorará entre dos y tres meses. Si el nuevo operador decide incorporar biarticulados “habrá que rediseñar los paraderos”.

Alberto Arias, presidente de la Federación Nacional de Transportadores Urbanos (Fenatu), aún no ha confirmado si participará en el nuevo proceso.

En 2012 representó al consorcio Buen Vivir que buscó operar la troncal 2, actualmente bajo responsabilidad de Metroexpress.

En el anterior concurso, Arias criticó la falta de transparencia por parte de la Fundación Metrovía.

La queja se basó en el hecho de que su propuesta de entregar 180 unidades en 270 días (9 meses), no fue aceptada.

Mientras, Metroexpress ofreció operar con el total de la flota en 180 días, plazo que venció en octubre de 2012. Sin embargo, la troncal empezó a funcionar, al 50%, recién en febrero de 2013, casi 10 meses después de firmado el contrato con la Fundación.

En mayo de 2013, las 180 unidades estipuladas en la concesión finalmente estuvieron disponibles al público. Metroexpress solo recibió una sanción económica, cuyo monto se desconoce hasta la fecha.

La Fundación Metrovía -que realiza evaluaciones periódicas del servicio- ha implementado correctivos en base a las denuncias: potenciación de sistemas de ventilación, campañas para ubicar a delincuentes, entradas diferenciadas para hombres y mujeres, y uso de mejores combustibles.

Sin embargo, cada una de las soluciones ha sido irrespetada, tanto por choferes como por los mismos pasajeros.

Von Buchwald explica que se aplican multas a conductores que no se apeguen al reglamento de la entidad.

Por ejemplo, en el caso de que se exceda la capacidad máxima de los articulados (160), el chofer responsable paga el equivalente al doble de pasaje ($ 0,25) por cada individuo que exceda la cantidad permitida. Es decir, si hay 180 pasajeros en el vehículo, la multa equivale a $10.

En cuanto a los pasajeros, Von Buchwald recomienda que sea el mismo usuario el llamado a hacer respetar sus derechos. Si observa que no se utiliza la entrada diferenciada debe reclamar al conductor o llamar a la fundación.

Metroquil, el consorcio que lleva más años (casi 8) en operaciones, es el que presenta mayores inconvenientes, en percepción de usuarios consultados. Gabriel López, de la ciudadela Valdivia, ha tenido la oportunidad de viajar en las tres troncales.

Según su criterio, la mayor debilidad de Metroquil es la demora de frecuencias, entre 10 y 15 minutos, en las horas pico (06:00 - 07:00 y 18:00 a 20:00). Cuando llega una unidad, “todos quieren ingresar de golpe”.

Para la Fundación Metrovía, el problema de la demora de unidades se podría corregir si hubiera un mayor respeto a los carriles exclusivos por parte de otros conductores. La invasión de estas vías “congestiona el paso de las unidades”, aseguró Von Buchwald.

Andrés Roche, gerente de la Empresa Municipal de Tránsito, afirmó que uno de los objetivos de su departamento es impulsar el uso de la Metrovía y que las fallas que se detecten sean corregidas en forma progresiva.

En una entrevista concedida a EL TELÉGRAFO en 2013, Roche propuso que el Estado priorice el uso de los sistemas reordenados de transportación pública.

Este Diario intentó contactarse con Augusto Aguirre, gerente de Metroquil, para conocer sus impresiones sobre la nueva licitación convocada por el Cabildo pero, hasta el cierre de esta edición, no hubo respuesta.