Mercado de productos para dejar de fumar es variado
En el mercado farmacéutico del país, antes de que la Asamblea Nacional aprobara la Ley para la Regulación y Control del Tabaco, las farmacias y tiendas ya ofrecían varios productos que persiguen que los fumadores abandonen el hábito de consumo de cigarrillos.
El cigarro electrónico es una alternativa que se ofrece a quienes quieren dejar de fumar. El aparatoes de plástico, con la forma y apariencia de un tabaco común.
Está formado por filtros desechables que equivalen a tres cigarrillos cada uno. Al aspirarlo, el usuario echa una especie de humo a base de vapor de agua.
Entre las ventajas del producto, indican los vendedores de la cadena Fybeca, donde se expende, está que el humo no es perjudicial.
Señalan que a diferencia de los cigarrillos normales -que producen cáncer por el alquitrán y monóxido de carbono- estos tienen solo nicotina y sabor a tabaco.
Uno de los productos en forma de pastilla que se utiliza de manera común en el país es Champix, medicamento que no utiliza nicotina y que trabaja en el sistema neurológico. Elimina la necesidad de la nicotina y calma la ansiedad.
Champix es un tratamiento que se debe realizar completo por 12 semanas y se divide en dos etapas: la primera, en la que se debe tomar dosis de 16 tabletas de 0,5 mg; y la segunda, en la que se ingieren 12 tabletas de 1 mg.
La medicina, según las indicaciones de las pastillas, produce en el organismo el mismo efecto que la nicotina, libera dopamina, la cual es la sustancia responsable de causar placer a la hora de fumar.
Nic Out, que se vende únicamente en almacenes TVentas, es otro de los métodos que existen en Ecuador para el tratamiento antitabaco.
Estos filtros plásticos transparentes, a diferencia del anterior, no reducen la ansiedad ni trabaja con el organismo. Nic Out sólo reduce las sustancias dañinas que tienen los cigarrillos.
El jefe administrador de locales, Carlos Carrillo, confirmó que el filtro minimiza el efecto de la nicotina y funciona como un filtro adicional al que viene con el tabaco común, pero no quita las ganas de fumar ni calma la ansiedad.
Una de las personas que han probado alguno de los productos es Galo Córdova, quien tiene 29 años de edad y 11 fumando.
Él cuenta que ha probado filtros reductores de nicotina, por los cuales pagaba entre $11 y $13, sin embargo, no ha sentido mayores cambios en su hábito. “Solamente era más suave el sabor del cigarrillo, pero esto me provocaba fumar más seguido”.
Al ver los pocos resultados y por las prohibiciones de consumo de esa droga en determinados espacios, decidió probar el cigarrillo electrónico, pagó por éste cerca de $75 y mensualmente $5 adicionales por el paquete de cinco filtros.
El costo económico que esto representaba hizo que él decidiera regresar al consumo del cigarrillo tradicional.
Al respecto Johnny Mero, psicólogo especialista en adicciones, señaló que el uso de estos productos no garantiza a las personas que dejen de fumar, ya que es necesario un análisis de los factores que causan la ansiedad y necesidad de consumir tabaco. “Cuando se utiliza un producto sólo se reduce el problema desde el punto de vista físico y no se trata el aspecto psicológico, que es el origen de la adicción”.
Mero comentó que al utilizar el producto muchas veces simplemente se reemplaza una adicción por otra. Para curar el problema, según el experto, se debe tratar con un especialista al mismo tiempo que se utiliza el producto.
Con ese criterio coincide Patricio Jácome, encargado del Programa de Lucha contra el Tabaquismo del Ministerio de Salud Pública (MSP), quien afirmó que los fármacos que mejor funcionan son aquellos administrados por un profesional de la salud. Además, agregó, se debe analizar primero la adicción con un psicoterapeuta antes de consumir cualquier tipo de estupefaciente. Para él la ley beneficiará a toda la sociedad.