Memorabilia guayaquileña
Los archivos históricos son repositorios donde se preserva la memoria histórica y el patrimonio documental de los pueblos. Múltiples procesos se entrecruzan en un ámbito donde el Estado juega un papel fundamental como sustentador de las condiciones para que las sociedades conserven su memoria, lo que equivale a garantizar su conciencia de ser en el tiempo.
En el Ecuador, casi a nadie le ha importado el destino de los archivos históricos. Con la declaración del “estado de emergencia” del patrimonio cultural sancionada por el Decreto Ejecutivo No. 816 que firmó el presidente Rafael Correa, el 21 de diciembre del 2007, el país se insertó en la corriente de preservación de los bienes culturales patrimoniales como política estatal.
Dentro del exhaustivo inventario de bienes documentales que realizó la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL), en la Costa y Galápagos, se registró en el Guayas un total de 197 archivos (entre públicos y privados), convirtiéndose, en la provincia con mayor número de repositorios documentales. Lógicamente, la mayoría son archivos pasivos de instituciones públicas que, dicho sea de paso, acusan un deficiente estado de conservación, con un porcentaje que a nivel nacional se vuelve crítico, pues únicamente el 2% de los archivos públicos del Ecuador está en óptimas condiciones.
A nivel nacional, los tipos de repositorios que se hallaron en peor estado fueron los archivos judiciales y del Registro Civil. Conocemos que últimamente se ha invertido en la recuperación documental de estos últimos, así como en los archivos pasivos de algunas cortes de justicia; sin embargo, falta mucho por hacer, como en el caso del Archivo de la Corte Superior de Justicia de Guayaquil, cuyo estado de total abandono rebasa los límites de lo creíble.
Y es que no podemos hablar de los archivos históricos sin pulsar la situación de los archivos pasivos, sobre todo al constatar que el 80% de los archivos en riesgo que arrojó el inventario, a nivel nacional, son de tenencia pública, lo que sugiere que los archivos de las instituciones del Estado no están siendo manejados como lo estipula la Constitución y las leyes.
Respecto a los patrimonios emblemáticos, el interés por garantizar su preservación trasciende su importancia histórica y se desplaza a lo sociocultural. El valor de estos bienes documentales se relaciona con el medio social y la memoria histórica de cada provincia, cantón o ciudad, ya que la importancia de un patrimonio cultural depende del valor simbólico que una colectividad le otorgue al mismo.
En nuestra ciudad, el caso del Archivo Histórico del Guayas es paradigmático: creado en 1971 por iniciativa del historiador Julio Estrada Ycaza –a quien recordamos en estos días por el vigésimo aniversario de su fallecimiento- y los “sobrevivientes” del Centro de Investigaciones Históricas (fundado en 1930), con el objeto de rescatar la documentación histórica de la ciudad y la provincia que se encontraba dispersa, se convirtió en los años setenta en un importante centro de investigación de resonancia nacional e internacional, con la publicación de una prestigiosa revista especializada que alcanzó diecinueve números. Luego pasó a manos del Banco Central, en 1981 y estuvo ligado al Centro de Investigación y Cultura de dicha entidad, hasta que en 1997, una fundación particular se hizo cargo de su administración.
En los últimos años, el Archivo Histórico del Guayas se involucró en actividades exógenas a sus labores archivísticas como la capacitación a maestros y maestras de Estudios Sociales, tareas que se advirtieron necesarias por la anomia estructural del sistema educativo en el Ecuador. En ese contexto, su apuesta por la difusión sociocultural fue bien recibida por un profesorado ávido de nuevos horizontes pedagógicos y epistemológicos.
En el 2010, el Ministerio de Cultura del Ecuador asumió el control del Archivo Histórico del Guayas y la institución retornó a sus funciones originales de repositorio documental y bibliográfico, donde el público (general y especializado) tiene acceso a más de 20.000 bienes culturales. En la actualidad, el Archivo Histórico del Guayas tiene el desafío de reinventarse como centro de investigación donde se piense y escriba la historia de la ciudad, la región y el país, pero ahora desde una visión que privilegie el rol de los actores colectivos; una historia crítica, plural y forjada “desde abajo”.