María, una experta en triturar caña

María Lanchimba tiene dedos largos y gruesos, con las uñas muy limpias. Sus manos son las que enfundan, muelen y cortan las cañas. Desde su puesto de venta en el barrio Bryan, parroquia Luz de América, de la provincia de Santo Domingo de los Tsachilas.

Lanchimba suele estar sentada  en una silla de plástico de color caoba, frente a ella se ubica una mesa de madera con hendiduras y abejas revoloteando, atraídas por el dulce de la caña de azúcar. En ese momento llega un carro al puesto y le piden tres galones de jugo, ella se dirige al congelador y despacha el pedido con una sonrisa amable.

Doña María se dedica a la producción y venta de jugo de caña, muy apetecido por los transportistas, para ello selecciona las mejores cañas. Con su trabajo  aporta  a la subsistencia de su familia. Antes se ganaba la vida lavando y planchando ropa ajena.

Recuerda que en su primera jornada, a las 15:00 recién realizó la primera venta. Su día transcurre  moliendo caña en su trapiche. Ahora, con un poco más de experiencia, vende más vasos de jugo de caña. Con mucho orgullo cuenta que su trabajo demanda mucha destreza para manejar el trapiche. (I)