Los parques acuáticos reemplazaron al mar
Marjorie Rodríguez tiene cuatro años. Ayer se levantó temprano y viajó desde “muy lejos” hasta el km 16 de la vía a la costa. “Mi mami hizo los sánduches para venir acá”, cuenta la pequeña. Ella se refiere a Puerto Hondo, un parque ecológico que ayer estuvo lleno de familias y niños.
Al igual que otros menores, Marjorie aprovechó la visita para retozar en la piscina de aguas poco profundas y jugar en las instalaciones recreativas del lugar.
Ella junto con más de 40 menores de edad disfrutaban de una mañana poco soleada en el sector.
La falta de dinero para invertir en un viaje fuera de la ciudad no impidió que las familias se divirtieran en los espacios gratuitos.
Durante el feriado por las fiestas de independencia, la ciudad recibió la visita de turistas internos como Mariana Zapata, quien viajó desde Ambato para disfrutar, con sus hijos, los últimos días de vacaciones. “Me parece muy bien que aprovechen estos lugares naturales donde se puede tener contacto con el manglar”, manifestó.
Zapata llegó hasta Puerto Hondo para bañarse en las aguas poco profundas que hay en el centro recreativo, mientras que otras personas remaban en kayac y se tomaban fotografías para recordar el momento.
A pocos metros de este lugar, treinta asociaciones ganaderas alistaban los últimos detalles necesarios para iniciar una cabalgata. El espacio contiguo a la carretera se llenó de caballos de colores café, negro y blanco, que estaban montados por jinetes con experiencia que los domaban con sus botas y movimientos de brida.
“Somos 30 asociaciones ganaderas que hemos venido para celebrar el tercer aniversario de la Asociación de Ganaderos de Chongón”, contó Santiago Gurumendi, miembro de la asociación de la Toma. En la cabalgata, que partió a las 13:00 hacia Chongón, participaron 350 ejemplares. Cada ganadería llevó entre 10 y 15 caballos.
Los juegos acuáticos, ubicados en el nuevo parque lineal de la avenida Barcelona, también atrajeron la atención de los padres de familia y sus hijos. Jennifer Pazmiño llegó desde Flor de Bastión para que sus dos hijos, de cuatro y dos años, se bañaran en las piscinas.
Otros niños coparon las instalaciones, jugando en fuentes en forma de seta de las que emanaban agua.
Ángela Anchundia viajó desde el sur de la ciudad para conocer el nuevo parque. “Es la primera vez que vengo aquí y me ha gustado mucho, es una nueva opción cuando no hay dinero para los viajes”, dijo.
En este mismo parque, José Calle vigilaba a sus hijos que estaban en la piscina. Este hombre, oriundo de Santa Elena, decidió quedarse en la ciudad porque sintió miedo ante la alerta de aguaje anunciada el jueves pasado. “Es la primera vez que me quedo en un feriado, pero no la he pasado mal”, comentó.
Los tradicionales parques y malecones de la ciudad también fueron elegidos como destino para los paseos familiares.
Juan Carlos Rosero llevó a su hija al parque Forestal, él prefiere este sitio porque no es tan concurrido, como los centros comerciales, y puede jugar con su pequeña de dos años. Uno de los lugares preferidos para la diversión nocturna durante el feriado fue el cerro Santa Ana.
Grupos de teatro callejero aprovecharon el espacio ubicado junto al centro cultural Simón Bolívar para desarrollar sus obras jocosas.
En torno a estos grupos, decenas de personas se agolpaban para disfrutar de las bromas de doble sentido y las pantomimas. Otros actores urbanos intentaban replicar esta manifestación en las escalinatas del cerro, pero eran desalojados por el personal de seguridad del lugar, pese a las quejas de los ciudadanos que disfrutaban de las bromas de los jóvenes.