Los ladrones se llevan por partes áreas regeneradas
No importa si hay una tempestad o si los rayos solares se vuelven más intensos. Los guardias metropolitanos, ataviados con flamantes trajes antimotines negros (similares a los de la Policía Nacional), no se mueven del sector conocido como la Planchada, en Las Peñas (centro).
La presencia de decenas de guardias municipales, que desde el jueves 15 de marzo custodian -todo el día- el nuevo monumento en honor al ex alcalde León Febres-Cordero, contrasta notablemente con la ausencia de vigilancia en los sectores de la Playita del Guasmo, los parques acuáticos de Viernes Santo y Bellavista y el Malecón del Salado.
Las citadas áreas regeneradas -que antes de la concentración de los uniformados en la Planchada contaban con más atención-, desde que el Cabildo retiró la guardianía privada, hace dos semanas, han registrado asaltos a locales y desmantelamiento de sus infraestructuras.
Elementos metálicos de urinarios, llaves de los lavaderos, tornillos de los pasamanos y hasta barandas van desapareciendo poco a poco de los espacios públicos del sur y el oeste de la urbe.
Esas partes, precisamente, han sido sustraídas del Malecón del Salado, a la altura de las calles 9 y 11. Según varios vecinos, que prefieren omitir sus nombres por temor a represalias, los autores de los robos son delincuentes del sector que comercian las piezas metálicas en un centro de acopio cercano. En un comercio del lugar, en días pasados, también se registró la pérdida de un televisor.
En el parque lineal de Bellavista, en la avenida Barcelona, hay dos realidades opuestas: mientras el Municipio de Guayaquil avanza en la construcción del nuevo extremo del este; en el ya terminado lado oeste, donde está el parque acuático, cada vez faltan más partes de la infraestructura del sitio de distracción.
En un lugar abierto, donde debería haber seis duchas, solamente queda la tubería en la que el agua sale a chorros; y en los baños, los urinarios se quedaron sin las válvulas de desagüe. La falta de vigilancia ha dado tiempo a los delincuentes para retirar del lado oeste las barras metálicas que funcionaban como cerramientos de los locales y que evitaban atracos.
La misma estrategia aplicaron los ladrones para vulnerar el cerramiento este del parque acuático. Eduardo Mite, habitante de Bellavista, señaló que el objetivo de los delincuentes es desmantelar los baños. “Si se meten a robar o drogarse, no lo sé... lo cierto es que entran y salen como perro en su casa”.
En la Playita del Guasmo, los problemas de seguridad se presentaban, incluso, cuando había guardianía proporcionada por Seguiresa, comentaron los vecinos.
Martha, quien pide la omisión de su apellido, indicó que, hace algún tiempo, se llevaron varias baterías sanitarias de los baños. En cuanto a los asaltos a mano armada, afirmó que desde la ausencia del servicio de seguridad, están temerosos. “Incluso los carros ingresan a estacionarse dentro de la zona regenerada, lo cual está prohibido”.
El irrespeto a las normas establecidas por la fundación Guayaquil Siglo XXI es algo que se repite en el parque Viernes Santo. Allí la empresa Emseom -que también tenía a cargo Las Peñas- era la encargada de vigilar y brindar seguridad.
Narcisa Castro, quien tiene un negocio de confitería en el lugar desde hace dos años, denunció que ahora los adultos ingresan bebidas alcohólicas y se bañan en la piscina que, en teoría, es exclusiva para los niños. Además, el pasado fin de semana, a la dueña de un local le robaron cilindros de gas y varios productos.
Últimamente se han conocido noticias de pérdidas de bolsos, celulares y cámaras de video. Para evitar el rebrote de la delincuencia, los propietarios de los locales intentaron contratar el servicio de guardianía, que sería costeado mediante el cobro de una tasa en el estacionamiento, pero la medida fue impedida por la fundación Guayaquil Siglo XXI, administradora de las zonas regeneradas.
“Ustedes cuiden de sus locales que nosotros responderemos del resto” es la respuesta que, según afirman las propietarias, recibieron por parte de la entidad.
Ante esa negativa, algunos vecinos y dueños de los locales han optado por realizar vigilias por las noches, ya que la oscuridad es aprovechada, obviamente, por los ladrones para cometer los atracos.