Los derechos del peatón aún son irrespetados en Guayaquil

Los peatones dudan en “arriesgarse” a caminar por las aceras de las calles 9 de Octubre y Esmeraldas (centro de Guayaquil).

No saben si transitar por los bordillos desmoronados (por la regeneración urbana) o por la vía pública (junto a los automotores en movimiento).

La disyuntiva se da porque si van por lo que queda de la acera podrían tropezar con rocas o trastabillar por los desniveles; en cambio, si lo hacen por la calle, pueden ser arrollados por los vehículos.

Carlos Martínez, quien a diario pasa por el lugar para ir a la Universidad de Guayaquil, expresó su malestar “porque en la ciudad no se piensa en la seguridad de los peatones cuando se ejecutan obras”.

“No se construyen verdaderas barreras que protejan a los ciudadanos y que permitan caminar sin problemas”, reclamó.

Precisamente en varios tramos de la Esmeraldas se hacen trabajos municipales, donde un equipo periodístico de EL TELÉGRAFO comprobó que existen obstáculos que impiden el tránsito normal.

En Esmeraldas y 1° de Mayo no había, hasta la semana pasada, un espacio destinado para los peatones mientras se trabaja. En este caso, obligadamente los ciudadanos tuvieron que “lanzarse” a la calle.

En cambio, en Esmeraldas y Quisquís tuvieron que transitar muy cerca de la maquinaria pesada que estaba operando en ese instante. Ayer, nuevamente se registró el inconveniente. La retroexcavadora se estacionó a medio camino.  

Otro de los problemas son los montículos de materiales de construcción (arena y piedras) acumulados en la parte habilitada para el cruce de los ciudadanos.

José Peñaherrera, quien realizó un trámite por el sector, pidió al Municipio de Guayaquil que controle más a los contratistas y que se coloquen mallas protectoras. “Antes de que ocurra un accidente y alguien pierda la vida”.

“También sería bueno que distribuyan agentes de tránsito”, sugirió Ligia Galarza, quien andaba con una niña. En la Vía Perimetral, donde inició la regeneración, los peatones tienen que esperar los buses en la avenida, porque tampoco tienen un área de seguridad.  

Estos problemas se repiten pese a que en 2013 el alcalde Jaime Nebot anunció que las contratistas no pueden tomarse demasiado espacio físico para realizar los trabajos.

De acuerdo con lo dispuesto, las constructoras solo pueden ocupar máximo un metro de la calzada para ejecutar los trabajos de infraestructura. El artículo 162 del reglamento de la Ley de Tránsito garantiza el derecho de los peatones a transitar por las aceras. En el artículo 198, en 6 de los 7 incisos. (I)