La Dirección Provincial de Salud de Guayas conmemoró ayer el Día Mundial de la Salud Mental con presentaciones artísticas que se desarrollaron en la Plaza Rocafuerte, en el centro de la urbe.

Jóvenes con zancos y mimos entregaron a los transeúntes información sobre el cuidado que deben recibir las personas con alguna disfuncionalidad sicomotriz o mental.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), que instituyó el día para la salud mental, escogió para este año abordar el tema de la inversión dentro de este ámbito.

Según un estudio de la entidad, la mayoría de los países solo invierte el 2% de los recursos del sistema sanitario en el área de la salud mental.

En el mismo informe se constata también que la mayor parte de los recursos para salud mental a menudo se dedican a servicios destinados a relativamente pocas personas, como es el caso de la atención a largo plazo en hospitales psiquiátricos, que reciben el 70% de la inversión.

Fabrizio Delgado, director del Instituto de Neurociencias, indicó que, la mayoría de veces, los familiares o personas encargadas de quienes padecen algún trastorno, abandonan  a los enfermos en los hospitales.

“Muchos de los casos bien pueden ser abordados en los hogares y, si se requiere medicación, estamos en la obligación de abastecer o recetar”, dijo Cantos.

Para ello, explicó Delgado, las personas deben acudir a las unidades de salud para obtener la asesoría necesaria para los distintos tipos de depresión, esquizofrenia, entre otros trastornos.

“El médico es el mejor indicado para determinar la necesidad de un asilamiento que, no necesariamente, debe ser la primera opción”, indicó Delgado.

Los personas consultadas durante los eventos artísticos en la Plaza Rocafuerte coincidieron en que existe poca difusión de las enfermedades mentales y su tratamiento.

Roberto Marín, del sur de la ciudad, comentó que en una ocasión recibió la visita de una sobrina y que, tras un repentino apagón, comenzó a gritar y tener convulsiones en el piso.

“Ahora sé que es esquizofrenia pero en ese momento ¿quién me socorría? No me quedó sino llamar a un médico para que indicara lo que debía hacer”, afirmó Marín.

Por su parte, Betty Chávez, de la isla Trinitaria, recordó que la hermana de una amiga, quien padecía de depresión, optó por quitarse la vida en un arranque de furia.

“Ella estaba devastada y no dejaba de hacerse responsable por lo sucedido porque llegó un momento en que la convivencia le resultó difícil”, aseguró Chávez.  

Representantes del Ministerio de Salud, OMS y Junta de Beneficencia de Guayaquil participaron además de un panel de debate sobre la salud mental en el Ecuador.