La prohibición inició los primeros días del mes y generó que se busque otras opciones de empleo
Los cangrejeros descansan durante la veda
Un trabajo poco remunerado y sin ningún tipo de seguro. Aquí se gana según las cargas. Prestar sus servicios por unas monedas que le sirvan para satisfacer sus necesidades más básicas es lo que hace Luis Enrique Quisipillo Núñez, cangrejero del mercado Caraguay. También conocido como el ‘Iguano’, tiene 45 años y nació en Milagro.
Desde hace 30 años se dedica a vender cangrejos. Primero lo hacía desde el mercado del sur (ahora Palacio de Cristal) y ahora lo hace desde Caraguay, conocido por la venta de mariscos.
Por falta de recursos, Luis no recibió educación. Empezó a trabajar desde muy joven en cualquier actividad que se le presentaba, lo que le llevó a hacerse cangrejero. “Ya estoy acostumbrado aquí, no quiero ir a buscar otro trabajo; a mi edad las posibilidades son mínimas”, dice.
En este oficio, que requiere de fuerza porque el desgaste físico es grande, casi todos sobrepasan de los 45 años.
Quisipillo sale de su casa en Mapasingue a las 07:00 y llega al mercado a las 08:00, hora a la que arriban las canoas cargadas de cangrejo desde Puerto Roma y la isla Mondragón.
Luis asegura que ya está acostumbrado a la vida que lleva. “Me gusta el oficio, además uno hace amistades en este ambiente y el comercio del cangrejo es bueno durante la temporada”, manifiesta.
Cuenta que cuando el cangrejo está en veda (ahora lo está) se gana hasta 25 dólares por día, y que durante la temporada de abundancia los atados se venden hasta en 10 o 12 dólares.
Actualmente, con la razón de ser de su actividad en veda, la situación es compleja, “pero podemos vender pescados y jaibas. Yo creo que cuando se quiere laborar se lo hace porque aquí sí hay trabajo”. (I)
La venta de legumbres es un "comodín"
La veda de cangrejos generó que muchos de los comerciantes de este crustáceo se dedicaran a ayudar en los locales de legumbres y frutas.
Quisipillo asegura que está enseñado a trabajar y que como en el mercado lo conocen muchos comerciantes le dan trabajo. “No me acostumbro a estar en la casa, así que mejor vengo a trabajar en el mercado. Puedo cargar bultos, ayudo a vender y, si no hay trabajo, me dedico a cuidar carros”. (I)