Las viviendas de cerro de Nueva Prosperina presentan problemas

Las familias que viven en la parte elevada del cerro de Nueva Prosperina, en el noroeste, evidencian su preocupación por el debilitamiento de las bases de sus viviendas.

Precisamente, en el último mes tres casas (dos de caña y una de construcción mixta), de las manzanas F y G se derrumbaron por efecto de las lluvias.

Según vecinos de la zona, desde el pasado año han sido visitados por funcionarios de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) y del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi).

La SNGR desarrolló un censo, a inicios de 2013, que determinó que al menos 303 familias, entre las manzanas 1098 y 1101, deben ser reubicadas por el peligro. De ese total, 166 ya han sido trasladadas hasta Socio Vivienda.

Las peatonales del cerro, donde predominan las casas de caña, son de tierra y arcilla. Con la lluvia, por el lodo, se tornan resbaladizas y peligrosas. Por ello, en algunos tramos, los moradores colocaron cemento para facilitar el acceso.

Sin embargo, varios moradores expresaron que ellos no se sienten en situación de riesgo. Yuri Chente, de la manzana G2, comentó que el 90% de las casas, ubicadas frente a la suya, era de cemento y estaba “fuera de peligro”.

En la parte más baja del cerro, aseguró, residen las familias que tienen alrededor de dos décadas y, hasta el año pasado -cuando fueron reubicadas-, nunca tuvieron problemas durante el invierno. “Ellos tenían hasta servicios básicos”.

No obstante, en la manzana G3, dos viviendas se cayeron aproximadamente hace un mes. Una de estas se encontraba deshabitada, mientras que en la otra vivían Karen Banchón y su familia, compuesta por su esposo y 4 hijos.

Ella, al perder su casa, decidió improvisar un nuevo inmueble con caña y techo de zinc. Durante la lluvia del pasado martes, las bases se debilitaron y teme que se vuelva a repetir la situación. “No tengo a dónde más ir”, aseguró Banchón.

La ciudadana destacó que la ayuda, en cuanto a kits de alimentación y emergencia, por parte de la SNGR y Gobernación del Guayas, fue inmediata, pero consideran que la reubicación aún es incierta.

Por su parte, Joanna Holguín comentó que en el último año los vecinos fueron convocados por el Miduvi y la SNGR para coordinar el traslado. Ella explicó que entre ambas dependencias intercambian información sobre las familias en situación de mayor riesgo y la disponibilidad de casas en Socio Vivienda. “Nos reunimos hasta esta semana y aún no dan fecha para salir”.

Mientras que en las manzanas 1099, 1100 y 1101, ubicadas en las laderas, los vecinos se han opuesto a la reubicación porque, aseguraron, sus terrenos han sido legalizados por el Municipio. Los inmuebles cuentan con los servicios de agua potable y energía eléctrica, aunque carecen de alcantarillado. José Crespo, por ejemplo, vive 16 años en el lugar. Su casa, en la actualidad, es una de las más grandes: dos plantas y locales comerciales en la planta baja. “Aquí, lo único que falta es pavimentación, por lo demás estamos bien”.

Contradictoriamente a lo observado por la SNGR, la Dirección de Gestión de Riesgos del Municipio de Guayaquil determinó que no existe peligro en las viviendas de 9 familias.

El reporte fue solicitado por un grupo de moradores que interpuso, incluso, una medida cautelar contra el Miduvi para evitar el desalojo.

Datos

En marzo de 2013, el Miduvi presentó los resultados de una investigación que determinó que desde 2008 aumentaron las viviendas en el cerro de Nueva Prosperina.

La cartera de Estado criticó que el Cabildo porteño haya legalizado casas en zonas de riesgo, en la parte más alta de la elevación. Incluso describió que los deslaves causaron el colapso de tuberías de Interagua en la zona.

El deslizamiento de tierra, por falta de pavimentación, y caída de basura en Nueva Prosperina, ocasionó el taponamiento del sistema de alcantarillado en Socio Vivienda en 2013.