En las paredes posteriores del colegio Vicente Trujillo, en la Pradera 2, existen paredes que están garabateadas y en mal estado. Los habitantes del sector aseguran que son personas de otros lugares quienes las manchan.

Además, el sitio permanece sucio y con malos olores porque los transeúntes y personas sin hogar hacen ahí sus necesidades. A eso se suma que los vecinos dejan la basura en el lugar.

Sebastián Cerón, de 30 años, dice que es complicado mantener la zona en buen estado: “Las personas debemos cuidar la ciudad, ser buenos vecinos y velar por nuestro propio sector para que permanezca limpio”.