Crece la demanda por parte de los dueños de ‘peluditos’, ya que los taxistas se niegan a llevarlos con sus animalitos
Las mascotas ya tienen su 'taxi amigo'
El destino de Pirata era la muerte. El perrito fue encontrado deambulando en el cruce de la vía a Daule con la Perimetral, en Guayaquil.
Tenía una gusanera en el ojo derecho (el cual finalmente le fue extirpado) y otra en una pata trasera. Una persona se compadeció y lo llevó a su casa en La Garzota, al norte de Guayaquil. Como tiene poco espacio, días después decidió trasladarlo al cantón Durán, al refugio de una amiga. Fue entonces que tuvo el problema que afrontan muchas personas con mascotas: los taxis no quieren llevarlos con sus animales.
Que el perro o gato ensucia los asientos, que el carro queda con mal olor, que el animal no cabe o es inquieto. Las excusas son muchas y a veces el conductor accede pero cobrando más, o metiendo al animal en la cajuela.
Frente a esta problemática, han surgido en Guayaquil 2 empresas que prestan el servicio de taxi para mascotas: Auto Pet y Taximascotas. La persona pide vía telefónica que la recojan y el vehículo llega al sitio indicado para transportar al animal y su dueño, o solo al ‘peludito’.
En el caso de Pirata, Auto Pet lo transportó en su primera visita al veterinario y Taxi Mascotas lo llevó hasta su refugio temporal, donde actualmente se recupera.
Evelyn Jumbo experimentó ‘en carne propia’ estos problemas, pues ella rescata animales callejeros desde los 5 años y ha peleado con taxistas que no querían llevarla con un animalito. Una vez le cobraron $ 10 por llevar a un perrito desde Durán hasta Los Ceibos, en Guayaquil, y como el animalito se vomitó pues estaba enfermo, le cobraron $ 3 más. Por eso, en julio de 2015 decidió, junto con su esposo Eloy Rea, crear Auto Pet y ofrecer el servicio de transporte para mascotas.
“Mi esposo me apoyó, empezamos con nuestro auto Kia Stylus, lo adecuamos y comenzamos a dar el servicio los fines de semana. Le ofrecimos a los clientes los kennel, los transportadores, luego sacamos una furgoneta N300, tipo carga, que adecuamos con una jaula para transportar mascotas de cualquier tamaño”, relató la emprendedora.
En Guayaquil no existía este servicio de manera pública. Algunas veterinarias dan transporte a domicilio pero solo a sus clientes, para llevarlos hasta el consultorio y de regreso a casa. Evelyn y su esposo se promocionaron en las redes sociales, también en las veterinarias los recomendaron, y poco a poco los clientes empezaron a llamarlos.
Por eso la mujer decidió renunciar a su trabajo para dedicarse de lleno al negocio de taxi para mascotas. “Trabajé 8 años en una empresa privada, tuve excelentes jefes, pero conté con el respaldo de mi esposo, quien me dijo: ‘tú eres para este trabajo, dedícate de lleno a esto, pues yo veo que a ti te encanta’”.
Actualmente tienen 3 unidades: el auto Kia, la furgoneta propia y una más de un amigo que les colabora con el negocio. “Él empezó manejando nuestro vehículo y adquirió el suyo propio, entonces nos da apoyo, ya que se lo adecuamos con jaulas y kennel”, indicó Evelyn.
También han incorporado camillas transportadoras, en las que llevan animales que no pueden caminar. Así el ‘cliente’ va cómodo, con su porta-suero de ser necesario, con aire acondicionado.
La emprendedora realiza labor social como hogar temporal de perros o gatos rescatados, y con una campaña para crear un banco de medicinas para animales que son sacados de las calles. “Quienes tengan medicinas que ya no usen, nos las pueden dar a nosotros, que manejamos bastantes casos de rescatistas independientes que tienen sus animales pero el dinero no les alcanza. Hemos ayudado en casos difíciles”.
Evelyn aspira a tener una sucursal de Auto Pet en cada provincia, así se lo han pedido en ciudades como Quito, Machala y Salinas.
Polo Lozada inició Taximascotas en octubre de 2015. Ya hay personas que le confían sus mascotas para que las lleve al veterinario y las regrese a casa. Foto: Karly Torres / El Telégrafo
“Hemos atendido emergencias en la madrugada”
Polo Lozada le construyó una silla de ruedas a su perrito, Junior, para que pueda movilizarse, ya que es inválido. Siempre lo lleva a una veterinaria en el barrio Centenario (sur de Guayaquil) y algunas amigas le pedían que llevara o recogiera a sus mascotas.
En vista de esto el propio médico le sugirió que ofreciera el servicio de transporte de mascotas. “Ya teníamos en Facebook una publicación para confeccionar las sillas de ruedas, así que agregamos el servicio de transporte. Pero en los primeros 20 días nadie nos llamó”, comenta este joven emprendedor.
El día 21 la situación cambió. “Recibimos la primera llamada a las 13:45, nos pedían llevar a un perrito a Sauces 2. Al llegar con el animal a su destino, los clientes dijeron estar satisfechos con el servicio y que nos recomendarían. Desde ese día los teléfonos empezaron a sonar y esa semana atendimos de 2 a 3 llamadas en el día, de lunes a viernes”.
Esto fue en octubre de 2015. Así nació Taxi Mascotas, otra empresa que llegó a ocupar este nicho de mercado que estaba sin explotar.
“Llevamos desde gatos pequeños hasta unos bastante grandes, los de una cliente de La Puntilla que parecen tigrillos (risas)… el animal más grande que ha viajado con nosotros es un gran danés y el más pequeño, un chihuahua”, relata Polo, quien junto con su esposa trabaja con una furgoneta a la que le removieron la última fila de asientos. “Así queda un buen espacio donde llevamos cómodos a nuestros ‘clientes’”.
Cuando reciben una llamada, hacen preguntas de rutina: nombre de la mascota, del dueño, si viaja con kennel (en el caso de gatos y perros pequeños, la empresa puede proporcionarlo). “La unidad es desinfectada luego de cada servicio y al final del día se limpia y desinfecta todo lo usado en la jornada”.
Su horario de trabajo es hasta las 18:00, pero ante la demanda han tenido que asistir a emergencias en la noche o madrugada. “Como este domingo, tuvimos una labrador en proceso de parto complicado, la llevamos a la veterinaria a las 22:00. Ya no tenemos horario definido de atención, las emergencias no saben de horarios (risas), solo suceden”.
En su página de Facebook de Taximascotas tienen más de mil amigos y las solicitudes crecen cada día. También trabajan con fundaciones y realizan labor social movilizando animalitos rescatados.
En algunos casos, cuando la fundación o el rescatista independiente no pueden costear la carrera, lo ayudan “y lo vemos como una inversión, porque ellos nos refieren no solo a una sino a varias personas más”, afirma Polo Lozada, quien tiene planificado aumentar las unidades en Guayaquil. (I)
Evelyn Jumbo es la pionera del servicio en el Puerto Principal, con Auto Pet. Como activista animal experimentó ‘en carne propia’ el rechazo de los taxistas. Foto: Miguel Castro / El Telégrafo