Las golondrinas, eternas visitantes de la calle 38
Por Eduar Herrera, estudiante de Facso
Cada tarde las golondrinas empiezan a llegar. El cableado de las calles 38 y Portete es el sitio favorito para posarse. Llegan de a 1, de a 2 y en grandes grupos. Es difícil contabilizarlas porque están en doble columna, en los semáforos y en todo sitio en donde puede pernoctar.
Los transeúntes se quejan porque no pueden caminar tranquilos por el sitio debido al temor de que ‘algo’ les pueda caer de arriba. Los conductores evitan detenerse en el semáforo, mientras los moradores del sector aseguran estar cansados de los visitantes diarios.
Mónica Chonillo, de 50 años, asegura que desde que era pequeña estas aves llegan al lugar. “El problema que afrontan los habitantes es que siempre las veredas permanecen sucias y con mal olor.
Resolver el conflicto es complicado. La solución es que el cableado sea subterráneo. (I)