Isabel Martínez vive cerca del Estero Salado, en la calle 21 y Domingo Savio, en el Suburbio de Guayaquil. Frente a su inmueble, en el estuario, se generan hedores insoportables. Eso se debe a las descargas de aguas sucias que se vierten desde los inmuebles de la zona.   

Isabel es una de las habitantes de la ciudad que emplea ese sistema, pues no está conectada a la red pública de alcantarillado sanitario.

La ciudadana recuerda que trabajadores de la concesionaria Interagua le indicaron que la conexión intradomiciliaria la tiene que hacer ella con sus propios recursos económicos. “Nadie ha entregado una circular ni nada que explique eso”.

En la 23, entre Augusto González y Rosendo Avilés, los vecinos tienen una versión similar. Martha de la Cruz tampoco está enlazada a las tuberías de la calle.

Martha también vive junto al brazo de mar y arroja los residuos al agua. “Los vecinos rumoran que uno debe hacer las instalaciones, pero oficialmente las autoridades no aclaran el tema”.

La Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Guayaquil (Emapag) e Interagua, a través de un comunicado público, publicidades radiales y de televisión, han ratificado que las conexiones intradomiciliarias deben costearlas los residentes. Anuncian un plan de financiamiento que será dado a conocer en los próximos días.

Según el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot Saadi, eso no es una obligación de dichas instituciones. “No podemos regalar el dinero al particular porque sería un delito, una violación a la ley.

Pero el artículo 55 del Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (Cootad) señala que es competencia exclusiva de los municipios “prestar los servicios públicos de agua potable, alcantarillado, depuración de aguas residuales, manejo de desechos sólidos, actividades de saneamiento ambiental y aquellos que establezca la ley”.

Un equipo periodístico de EL TELÉGRAFO realizó cotizaciones a varios trabajadores de la construcción, quienes estimaron que hacer las conexiones intradomiciliarias puede variar de $ 100 a $ 200 (sin incluir la mano de obra). Pero los valores dependen de la calidad de los materiales que se utilicen. Pero Nebot, en su enlace del miércoles, aseguró que están financiando esas obras, las cuales serían cobradas a largo plazo.

Este medio constató que cuadrillas de trabajadores actualmente están haciendo conexiones intradomiciliarias en Flor de Bastión (en el noroeste del cantón).

Wilson Delgado, morador del bloque 9, ayer recién accedió al servicio. El pozo séptico que tenía fue cerrado una vez que concluyeron los trabajos. “No me han cobrado nada al momento. Tampoco sé si lo harán en la nueva planilla que llegue”.

Los demás habitantes de la zona tampoco tuvieron detalles de los costos de esos trabajos.

En cambio, en el bloque 1 de El Fortín, los vecinos aún aguardan para beneficiarse del alcantarillado (ya existe la red pública). La vecina Nelly Sarzoza recuerda que hace 3 meses le dijeron que comenzaban las conexiones, “pero no hay nada aún”. Los moradores aseguran que les advirtieron que ellos no tienen que hacer las instalaciones, sino que deben aguardar a Interagua”.

En este año Interagua y Emapag han expuesto dos razones por las que todavía no hay el servicio.

En esta semana aseguraron que 40.000 ciudadanos no lo tienen por la falta de financiamiento. Mientras que el mes anterior precisaron que 1.500 inmuebles están rezagados porque estaban notificados -por el Gobierno Nacional- para ser desalojados del área de influencia del ramal. “El centro sur y suroeste tienen red de alcantarillado, pero en el Suburbio Oeste hay una red con 65.000 conexiones intradomiciliarias que fueron mal construidas a principios de los años 80 y que serán rehabilitadas”. (I)