Las ciencias humanas, en el top de los posgrados
El objetivo académico de Carla Jaramillo, profesional lojana, siempre fue estudiar en una universidad del extranjero una carrera relacionada con comunicación social. Su meta era ir a Francia, pero su humilde condición económica solo le permitió ir a Argentina.
A través del Instituto Nacional de Crédito Educativo (IECE) logró cursar Dirección de Comunicación Organizacional.
Jaramillo no tiene una explicación concreta de las razones que la impulsaron a estudiar un posgrado de comunicación en el extranjero.
Ella, ex alumna de la Universidad Central, asegura que no halló marcadas diferencias en la calidad académica o de pénsum en la formación de ambas naciones.
“No me fui en busca de una mejor calidad educativa, lo que quería era tener una distinta manera de trabajar en el ámbitos comunicacional y ampliar mi visión profesional”, dice Carla, quien ejerce como comunicadora comercial en la empresa privada.
Estéfani Velasco llegó hace poco tiempo de Francia, en donde obtuvo un posgrado en Psicología clínica.
Ella viajó al país europeo solamente para aprender el idioma, pero finalmente se quedó haciendo su formación superior.
La diferencia de la educación entre Francia y Ecuador radica, dice Velasco, en que la enseñanza en Francia es más práctica, mientras que en Ecuador, la instrucción se basa en las tareas que los docentes envían a sus estudiantes.
Según datos del IECE, en 2010 el Instituto Ecuatoriano de Crédito Educativo, IECE, entregó 16.539 préstamos educativos, de estos 755 corresponden a posgrados en el exterior.
De acuerdo con la cantidad de créditos solicitados, la mayoría de los universitarios prefiere estudiar carreras relacionadas con las ciencias humanísticas y del hombre, ciencias políticas y administrativas y ciencias de ingeniería.
El gerente general de esa entidad, Fabián Solano, explica que los profesionales tienen preferencia por estudiar en ciertos países por la fama de que allá algunas carreras se profundizan más.
“Hay carreras, entre las llamadas tradicionales (ciencias humanísticas y médicas), como la medicina, en las que los profesionales buscan especializarse en Cuba, que es un país que ha abierto las puertas a muchos compatriotas”, indica.
En ese país está la mayor cantidad de profesionales que hace posgrados en el exterior: 2.000 ecuatorianos estudian medicina; en segundo lugar está Venezuela, Rusia, México y Chile, donde se cursan varias especialidades.
En el tema de becas que maneja la entidad de crédito, los países que más ofertas realizaron en el 2010 fueron: Venezuela (105), Japón (72 becas), Rusia (32 becas) y China e India (21 cada uno).
Para Augusto Espinosa, titular de educación superior de la Secretaría de Educación Superior Ciencia y Tecnología (Senescyt), la tendencia entre los profesionales ha cambiado en los últimos años gracias a que se ha replanteado la oferta académica.
“Nosotros ponemos mucho énfasis en las carreras que están articuladas al plan nacional de desarrollo”, explica el funcionario. Este replanteamiento implica una mayor inclinación hacia las carreras en ciencias y hasta el momento ha tenido gran acogida.
Hasta ahora 6.122 personas se han postulado para el programa de becas que presenta esa entidad, de aquellas más de 3.000 ya iniciaron el proceso de entrega, esto ha obligado a extender el tiempo de convocatoria para acceder a los 1.000 cupos previstos para entregar en este año y los 7.000 durante todo el periodo de gobierno.
En lo que va de 2011, la mayoría de becas educativas que fueron entregadas por el IECE, para estudios de posgrados (22), se relacionan con carreras vinculadas a la administración y a las ciencias políticas, mientras que para estudios superiores las ciencias médicas (18) ocupan el primer lugar.
En cuanto a los créditos, en el primer trimestre de este año la entidad entregó 465, de las cuales 161 son para formación en el extranjero, lo que significó una inversión de $ 3.529.293.
Con respecto a estos datos, Espinosa afirma que responden a que hasta el momento en el país no se había concretado la posibilidad de estudiar ciencias y mucho menos bajo el concepto de gratuidad, por lo tanto la tendencia hacia este tipo de carreras se incrementerá con rapidez.
Tendencias
Alfonso Espinosa, rector de la Escuela Politécnica Nacional, considera positivo que el gobierno invierta en este tipo de capacitación, sin embargo, las carreras técnicas y de investigación, implican más que inversión económica, ya que es el tipo de capacitación que no se puede tener por horas por la complejidad de las mismas. “Son profesiones de tiempo completo, ni en la universidad se puede hablar de horarios porque se requiere dedicar horas a laboratorios y talleres. Muchos de los estudiantes trabajan y tienen compromisos familiares que les reduce el tiempo de dedicación a la carrera”.
En ese aspecto, es probable que la tendencia a las carreras administrativas y sociales se mantenga, porque no requieren del mismo tipo de dedicación que los técnicos y científicos.
El directivo añade que es fundamental que haya la infraestructura necesaria, pues existe gente que está interesada en seguir carreras técnicas, pero no todos los establecimientos cuentan con los insumos ni la sociedad con los espacios, “Hay profesionales que salen del país y regresan con excelentes posgrados, pero cuando vienen no tienen un núcleo de investigación donde integrarse”, opina.
Álex Remache, director general académico de la Universidad Andina Simón Bolívar, señala que los intereses de los estudiantes para formarse en el extranjero se relacionan además con las diferencias que hay con la realidad universitaria de otros países, es decir, los estudiantes de pregrado buscan un salto de calidad en otros lugares al momento de su especialización.
Los esfuerzos de la Senescyt son importantes, considera Remache, ya que en el país la profesionalización en las llamadas ciencias duras (exactas) son deficitarias y no satisfacen las demandas de la sociedad.
Las ciencias duras, dice, sirven para poder reorientar el aparato productivo y convertir al país en productivo para satisfacer las necesidades y potenciar la riqueza nacional, por lo que debe atender particularidades propias de las características nacionales.
“Entonces, ¿buscamos ciencias duras para poner una nave en el espacio? ¿O sería mejor orientarlas al uso del agua, la tierra o ecoturismo?”, cuestiona. Ya que si bien es cierto se necesitan profesionales en estas áreas de tinte científico estos profesionales deben enfocarse en las particularidades que presenta la realidad ecuatoriana.
Los estudiantes, continúa, eligen una carrera por personalidad y aptitud, entonces el sistema universitario debe concentrar esfuerzos en sintonizar esos intereses particulares con lo que necesita el país.
En la Universidad de Guayaquil, el director del programa de Posgrados de la Facultad de Ciencias Administrativas de la Universidad de Guayaquil, Félix Chang, señala que allí diversificaron la oferta de Master in Business Administration o MBA (Maestría en Administración de Negocios), debido a la demanda por esas áreas.
El director explica que estos cursos tienen gran demanda por parte de profesionales de todas las ramas, que vienen incluso de otros lugares del país o del exterior.
“Los MBA están orientados a todo tipo de profesionales que quieren tener y administrar su propio negocio. He tenido como alumnos, por ejemplo, a odontólogos que quieren tener su clínica; a comunicadores, que quieren tener su propia agencia”, afirma Chang.
En la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación también se ofrecen algunas maestrías, enfocadas en la formación de educadores.
La Coordinadora Académica del Instituto de Posgrado, Norma Luna, explica que tienen varios programas de especialidad y en sistema abierto, esto significa que algunos están dirigidos a cierto tipos de profesionales, y otros, a todos los interesados.
“Las maestrías de especialidad son Informática Educativa, Párvulos y Planificación, Evaluación y Acreditación. En Sistema Abierto está la maestría en Educación Superior y la de Gerencia Educativa”, sostiene Luna.
Según explica, la demanda sobrepasa la capacidad física de las instalaciones donde actualmente funciona la facultad, por esto tienen planeado mudarse durante los últimos meses de este año a un nuevo edificio, ubicado al lado del Liceo Cristiano, en el norte de la urbe porteña.