La santería aumenta en la ciudad como resultado de la migración interna y externa

Por Cecilia Drouet Contreras

La numerosa presencia de inmigrantes trae consigo familias, movimiento comercial, bienes y propósitos, pero además diversas tradiciones y prácticas culturales en las sociedades de acogida. La religión es uno de estos aspectos que se introducen en las maletas de cada emigrante. La santería es la religión más común y seguida en Cuba, con un porcentaje de creyentes del 75% de toda la población, según el censo cubano de 2013, y esta religión ha ganado adeptos en nuestro país. Ahora cada vez existen más personas que creen en la lectura del tarot, la comunicación con santos, espíritus y adivinaciones.

El verdadero nombre de esta religión es Regla Osha o Yoruba, pero se la difundido como santería. La religión yoruba tiene sus raíces en África y la practicaban los negros esclavos.

Estos negros esclavos eran reprimidos por la clase pudiente; los blancos que profesaban la religión católica.

La aristocracia estaba en desacuerdo con las creencias de los negros yorubas, quienes se vieron obligados a hacer uso de los santos católicos, para tras las imágenes de estos, seguir adorando a los dioses yorubas, ya que temían que la burguesía destruyera las imágenes.

De ahí el nombre ‘santería’ que surgió a partir de la necesidad del sincretismo con los santos católicos de una manera natural y espontánea, la cual fue llamada así, despectivamente, por los blancos.

Esta religiosidad mantiene una jerarquía: el iniciado, que es quien se bautiza, recibe bendiciones y prohibiciones. El santero recoge dones, la ceremonia para convertirse en santero dura de 7 a 21 días, a esto le anteceden tributos y tradiciones. Además, deben vestir un año de blanco. El palero es la parte oscura de la santería, necesita de tributos de animales exóticos para sus obras.

 El babalawo es el sacerdote que requiere estudios, mayor preparación y recibe a su vez dones mayores en las adivinaciones que deben ser usadas para el bien de la humanidad y tener testigos de esta obra para continuar avanzando. El babalawo olifista es el más cercano a los santos y Dios, certifica Rocío Drouet,  santera ecuatoriana que realizó estudios en Cuba.

Creencias y religión

En búsqueda de mayor información sobre la santería la investigadora visitó la casa del babalawo Alfredo Gonzales, quien explicó más sobre este tema, sus mitos y verdades. Alfredo es cubano radicado en Ecuador hace 5 años, iniciado hace 16 en la religión yoruba.

Para él, su creencia se fundamenta  en  la devoción y  fe que se  practica o emplea. Esta religión debe servir para ayudar a las personas en sus  problemas terrenales.  Las experiencias que se adquieren se deben aplicar para adivinaciones y sanaciones.

“En lo personal, tuve impactos de fe que me hicieron creer. Antes de iniciarme en la religión me consideraba agnóstico, pero cuando mi hija era pequeña le detectaron un tumor detrás del ojo, los médicos no me dieron soluciones y en la desesperación podemos implorar a todo; mi familia es religiosa, entonces, luego de los médicos, acudí a los santos en mi susceptibilidad y sin fe. Hice el compromiso de que si mi hija se curaba iba a ser leal a esta religión. En dos semanas mi hija estaba curada, clínicamente es un absurdo. Para mí, desde entonces, estaba todo claro. Existen algunos casos similares, pero en los santos encontré respuesta y ayuda. Llegué a ser babalawo para comprometerme y ayudar a la humanidad.”

Veneración a los santos

Luis Sánchez, cubano radicado en Ecuador, quien es sacerdote de Ifá Awo, explicó la forma de comunicarse con los santos para llegar a tener premoniciones. “Existen varios elementos físicos para esta comunicación, pero los objetos más comunes son los caracoles y el coco. Los caracoles son un instrumento de adivinación que es usado por los santeros consagrados (obbá), para interpretarlos se  requieren códigos y sistemas numéricos.

También existen otros dos sistemas de adivinación, el coco que es el instrumento que permite al santero obtener respuesta rápida de los orishas (santos) y el otro es el Ifá, que es un sistema que solo pueden usar los babalawos o sacerdotes de Ifá. Los babalawos no usan el caracol, utilizan semillas de la palma africana conocidas en nuestra religión como addeleses o inkines.

También se usa otro instrumento llamado ekuele, que es una cadena compuesta por ocho semillas secas de palma, abiertas por la mitad y unidas por eslabones.

Estos métodos se utilizan para que los santos hablen y  respondan las inquietudes y den los consejos que consideren.

Aseguró también que el dios que profesa es el mismo que todos con un nombre distinto, sin embargo, la peculiaridad es que también adoran a los santos, pues ellos son sus consejeros de vida.

“A diferencia de otras religiones no solo adoramos a nuestro dios Oloddumare, adoramos también a los otros tantos santos de nuestro panteón yoruba. Oloddumare ha actuado en mi vida de una manera positiva. Me encontraba desorientado con muchas dificultades en mi vida profesional y emocional. Al formar parte de esta religión comencé a tener una orientación y logré organización en todos los aspectos de mi vida”.

Existen 401 y 400 orishas yorubas (santos) con las numeraciones 201 de positividad y 200 de negatividad y una ficha intermedia que es la mediadora conteniendo ambas partes.

Los seguidores de la santería descartan por completo que el don de la adivinación les haya sido dado por los demonios, porque ellos trabajan con los santos y con su dios.

Afirmó que esta religión ha crecido sigilosamente en nuestro país porque -además- es rica en costumbres, tradiciones e historia.