La reintroducción, parte del trabajo de los “zoo”

El canto de las diferentes especies de pájaros se mezcla con el sonido del viento sobre las hojas de los árboles y la brisa del río. Ese es el ambiente que da la bienvenida a los dos zoológicos más cercanos de Guayaquil, los cuales están ubicados en las afueras de la ciudad.

Son lugares donde se conserva y muestra gran parte de la fauna nativa. Ubicado en el kilómetro 23 de la vía a Daule está  El Pantanal, una zona de tres hectáreas de extensión, que posee más de 120 especies de animales, lo que representa un total de más de 1.000 géneros.

De las especies que existen en el zoológico El Pantanal, un 90% representa  a animales nativos, es decir propios de diferentes regiones del país, como la Costa y Amazonía.

Las cebras, los camellos, los tigres de bengala y macacos japoneses son parte del 10% de la población animal exótica que exhibe su director, Nelson Chiriboga, en El Pantanal.

“Nosotros mantenemos convenios a través de organismos nacionales e internacionales en Latinoamérica y el resto del mundo. Cuando hay excedentes en algún zoológico, ellos buscan donde pueden recibirlos”, explica. Este es el caso de los lémures, que se encuentran allí desde hace algunos años y llegaron procedentes de Madagascar, por medio de una donación. 

“Nos los dieron porque  cumplimos con las exigencias que ese centro tenía, como clima adecuado, condiciones y alimentación. Ellos comen legumbres y vegetales, como nabo, alfalfa y espinaca”, indica el director.  

Las suricatas son pequeños mamíferos que pertenecen al grupo de las mangostas, son otras especies que se incorporarán a El Pantanal en los próximos días.

“Son cinco suricatas que vienen desde el Primate & Parrot Park-International Conservation Centre, de Sudáfrica”, afirma Chiriboga, mientras muestra las instalaciones adecuadas con pequeños túneles de tierra, listas  para recibir a los nuevos huéspedes del centro. 

Si bien este lugar existe desde hace más de 40 años, su director  explica que apenas funciona desde hace 9 como zoológico. “Antes éramos únicamente centro de rescate de vida silvestre. Justamente este 25 de julio cumplimos un aniversario más de convertirnos en zoológico”, asegura.

Rescatar aves heridas, rehabilitarlas e introducirlas nuevamente en su hábitat son las funciones de este zoológico, que hasta la actualidad se mantiene como centro de auxilio animal, trabajando  junto con el Ministerio del Ambiente. Explica que muchos de los animales, que llegan a través de la Policía del Ambiente o de personas que los dejan en El Pantanal, están heridos o mal alimentados.

“El último animal que nos llegó es un piquero patas azules, que fue encontrado por una señora en una carretera. Aquí le dimos vitaminas, porque estaba débil”, sostiene. 

Chiriboga explica que cuando un animal ingresa en estas condiciones es sometido a un proceso de cuarentena, donde es estabilizado para luego ser reunido con sus pares o, en el caso de las aves, ser liberado de forma paulatina. 

“Generalmente esperamos que se recuperen, se dejan abiertas las jaulas, ellos van y vuelven por alimento hasta que encuentran un grupo mayor y migran”, indica.

En el caso de algunas especies de mono que también han llegado hasta El Pantanal, el director indica que se los alimenta con lo que ellos comen en su estado silvestre natural, como frutas o plantas, y los habitúan a caminar sobre ramas o árboles.

“Los monos en cautiverio no saben qué hacer en un árbol, se caen. Luego se les da libertad para que anden sueltos por todo el zoológico”, sostiene.

También tienen casos exitosos de reinserción de animales en su hábitat natural, como un grupo de monos machines (micos), sainos, guatusas y caimanes. 

Sin embargo, indica que no todas las especies que han crecido en cautiverio se pueden liberar y que este debe ser un proceso paulatino. Dice que las liberaciones generalmente son posibles cuando los animales han sido capturados por redes o cuando han sido sacados de su hábitat por pocos días o meses.

El zoológico El Pantanal tiene un equipo médico veterinario, conformado de tres especialistas, y ampliará sus instalaciones a seis hectáreas porque adquirieron un terreno ubicado junto al actual, donde en las próximas semanas trabajarán en la reforestación y adecuación del lugar.

Una colección de la Costa

Ubicado en la ciudadela Entre Ríos, en la vía a Samborondón, se encuentra el Parque Histórico, un lugar que recuerda a la antigua provincia de Guayaquil, que abarcaba parte de Manabí y prácticamente todo el territorio que actualmente está dividido entre Guayas, El Oro y Los Ríos.

Enmarcada en ese concepto está la zona de vida silvestre, que es integrada por una colección de 52 especies, es decir, que hay un total de 249 géneros, entre aves, mamíferos, reptiles, peces y anfibios. 

La administradora, Nadia Vivanco, dice que se trata de un zoológico de inmersión, en el que se encuentran únicamente especies nativas de la Costa del país. 

“Esto significa que los animales están prácticamente en su hábitat natural. No están en jaula y se encuentran en amplios espacios abiertos”, indica.

Desde 1999, también funciona como centro de rescate. “Si alguien viene con un animalito en malas condiciones, se le da la asistencia que necesita y luego se lo transfiere a un lugar donde se lo pueda albergar, si no corresponde a nuestra colección endémica”, sostiene Vivanco. 

El responsable de Vida Silvestre (Fauna) del Parque Histórico, David Bravo, manifiesta que, aunque en el parque no hay un programa de reintroducción al hábitat de los animales, mantienen un proyecto pionero con el águila arpía, desde que se inició el funcionamiento del zoológico.

“Es un programa de manejo pionero a nivel sudamericano, de reproducción en cautividad y de manejo ex situ de esta poderosa ave, para reintroducirla poco a poco”, indica Bravo. Agrega que hay evidencias arqueológicas de que esta especie existe en la zona costera. 

“Ahora se la puede encontrar en el nororiente, pero hay estudios de que el animal también está en la parte noroccidental, cerca de la provincia de Esmeraldas”, asegura.

Para Bravo, este programa ha sido un éxito porque han logrado que se reproduzca esta variedad, porque es imposible cuando está en cautiverio, excepto que haya las condiciones óptimas.

Actualmente, en el Parque Histórico Guayaquil existen 8 águilas arpías, considerada una de las aves más grandes del continente.