“La pornografía no es una tara social ”
“Existe la visión simplista de que la pornografía tiene incidencia en la parte psicológica, psiquiátrica o conductual de la persona.
Se cree que si alguien va al cine pornográfico, esto va a producir una devaluación del rol femenino en una relación, del lugar de la mujer o una concepción de la vida de pareja en términos de sumisión y opresión.
Yo considero que estas son una serie de preocupaciones que se constituyen en prejuicios o respuestas anticipadas.
No se puede pensar que la persona que consume este tipo de material audiovisual es un violentador o tiene tendencia a incurrir en este tipo de actos.
Las películas pornográficas están en el plano de la representación incompleta de lo que todas las personas llevamos en la cabeza. Es una fantasía escenificada o representada por los medios tecnológicos que tenemos al alcance.
Esto no se trata de auspiciar o promover estas prácticas, pero tampoco se va a decir que los audiovisuales de esta naturaleza son la causa y los responsables de los males sociales del presente.
Por otro lado, es importante que exista un espacio para este tipo de películas en las ciudades, más que nada cuando una sociedad ha llegado a cierto grado de liberalidad, tolerancia, apertura y reconocimiento de las diversidades como se dice actualmente, e incluso los derechos de las minorías”.