El Observatorio de Derechos Humanos inició ayer el diagnóstico de los procedimientos utilizados, tanto en el área administrativa como en la tropa, por la Policía Metropolitana (PM).

La gestión, como parte del proyecto denominado ‘Más Derechos’, se desarrolla para establecer falencias en cuanto al respeto a los derechos ciudadanos. En base a ello se darán capacitaciones en el transcursos de esta quincena.

El personal de la PM contestó preguntas con respecto a la manera como hacen respetar el orden en los espacios públicos, explicó Diana Maldonado, presidenta del observatorio.

Se indagó cuál es el nivel de conocimiento -de tropas y directivos de la entidad municipal- sobre los reglamentos que regulan el orden en los espacios públicos.

Por el momento, Maldonado prefirió no adelantar detalles sobre las características detectadas porque las entrevistas al personal de la PM aún no están concluidas.

La información obtenida será depurada y, según ello, se definirán los temas que se abordarán en los talleres de capacitación.

Posteriormente, se desarrollará una actividad que contará con la participación de la banda musical de la PM, con lo que concluiría la gestión del observatorio.

En septiembre de 2013, la Defensoría del Pueblo del Guayas (DPG) aceptó la denuncia contra elementos de la PM por extorsionar a un refugiado colombiano, que laboraba como comerciante informal en las calles céntricas de Guayaquil.

En su resolución, la entidad estatal pide al Cabildo que a los agentes de la Policía Metropolitana les dicten cursos o talleres, con la finalidad de promover el respeto de los derechos humanos de la población en general, y de los derechos de los refugiados, solicitantes de asilo o necesitados de protección internacional.

El proceder de los miembros de la PM ha sido criticado por la opinión ciudadana porque recurre a la violencia como recurso para imponer orden en los espacios públicos.

El hecho más reciente fue un flashmob realizado frente al Municipio, en diciembre pasado, por parte de un grupo de jóvenes que hacía una crítica al uso del garrote como medida de represión.

En un video difundido en YouTube se observó a dos metropolitanos que agredían, con toletes y patadas, a los participantes del flashmob.