Entrevista / Carlos Luis Morales / exarquero de Barcelona
"La nueva dirigencia de Barcelona no le puede fallar a la hinchada"
Carlos Luis Morales, recordado por su destacada actuación en la definición por penales en semifinales de una Copa Libertadores defendiendo a Barcelona, es un hombre totalmente identificado con el fútbol. Además tuvo destacadas actuaciones con la selección ecuatoriana en torneos internacionales, como la Copa América de 1995, donde fue elegido “mejor arquero del torneo”.
En la actualidad, Carlos Luis se desempeña como presentador de noticias en TC televisión. También es Concejal de la Provincia del Guayas, responsabilidad que le fue encomendada por los guayasenses en las últimas elecciones.
Siempre atento al acontecer deportivo, Morales cuenta sus inicios en el rey de los deportes.
¿Existe la posibilidad de nacer futbolista o en el camino uno se forma como jugador?
Nace. Yo creo que para eso se nace, siempre dije que uno no se hace. Y cuando digo que nazco es porque tengo fotos, recuerdos de preparatoria, primer y segundo grado, siempre de arquero, con la pelota a mi lado, rompiendo todos los adornos de mi abuelita.
En el camino de la vida hay muchas cosas queriéndote separar, pero de forma increíble la vida te va encaminando a lo que tú tienes destinado. No puedes saltarte etapas en la vida, tienes que cumplirlas todas, si te saltas una la vida misma hace que retrocedas. He cumplido mis etapas, primero como jugador de fútbol, como deportista, y luego como comunicador social y también en la parte política.
¿Siempre fue arquero o quiso ser delantero o defensa?
Sí, siempre fui arquero, no me dio por jugar en otra posición. Dios me dio las condiciones necesarias para serlo, una estatura normal, creo que en este tiempo necesitaría unos 8 centímetros y estuviera bien. Creo que con 1’82 de estatura y los pupos que me daban un par de centímetros, me batía y ahí luchaba contra uruguayos, brasileros o argentinos, que siempre eran fuertes arriba y ahí metía puño y salía adelante.
¿Qué significó ser considerado uno de los mejores arqueros del fútbol ecuatoriano?
Creo que ese es el legado que uno les deja a los demás, de saber que puedes compartir muchas cosas. Yo fui criado por abuelos, mis padres se divorciaron muy jóvenes y mi meta era graduarme; pasé por muy buenos colegios de Guayaquil. Te puedo decir que terminé en la nocturna porque el destino me estaba diciendo que tenía que jugar. A los 16 años ya estaba en primera categoría de Barcelona, no podía estudiar, tuve que salir del Espíritu Santo. Me dijeron que debía estudiar en la noche, entonces fui al colegio particular Instituto Nacional (nocturno), estudiaba con gente que trabajaba todo el día; mis compañeros eran de 45 años y no tenían posibilidad a lo mejor de poder estudiar en la mañana porque trabajaban y yo también en ese momento ya era trabajador.
Tuve que estudiar la nocturna, me gradué, no fue fácil; pero puedes hacer las dos cosas. Ese es el legado que tienes que dejarles a los chicos, a los que nacieron para practicar un deporte. Mezclar el deporte y el estudio.
¿Barcelona fue el primer amor de Carlos Luis Morales?
No, fíjate que no. Primero me fui a probar a Emelec con mis amigos de barrio. Yo crecí en el sur de Guayaquil, así que nos fuimos a probar al Capwell y por esas circunstancias de la vida, y aquí hablo de nuevo del destino, estaba marcado para que yo fuera a Barcelona. De padre y abuelo barcelonista, iba al estadio a ver jugar a Barcelona, pero fui primero a Emelec. El técnico de ese entonces me dijo. “Sabes qué, flaco, te agradezco mucho, pero no, yo no te veo condiciones”. A las dos semanas salió una convocatoria para Barcelona y más de 500 chicos fueron; vi la noticia, fui y luego dijeron que llevara mi partida de nacimiento con dos fotos porque formaba parte de Barcelona Sporting Club.
Se formó en BSC. ¿Considera haber traicionado al hincha barcelonista, cuando jugó en Emelec?
No. A estas alturas de mi vida no, a lo mejor antes me sentía mal. Yo creo que en ese momento tenía que trabajar. Yo no podía quedarme con las manos cruzadas, era un padre de familia sin trabajo a los 30 años por la irresponsabilidad de la dirigencia y tenía que buscar en dónde trabajar. No me arrepiento de nada y haber jugado en Emelec, para mí, ha sido un verdadero honor porque muy pocos jugadores guayaquileños han jugado en los dos equipos más populares de esta provincia.
¿Qué partido aún permanece en su memoria?
La final de la Copa Libertadores de 1990, nunca en mi vida vi abrazar y llorar a tanta gente. No sabía si eran amigos o no, pero yo los veía abrazados. El estadio rugía tanto ante un logro internacional importante. Antes no habíamos clasificado al mundial y llegar por primera vez a una final de la Copa Libertadores era un verdadero triunfo de nuestro fútbol. Vi un Guayaquil despierto hasta las 05:00, completamente futbolizado. (O)