La magia gastronómica está en la picantería La culata
Es un local en donde la buena sazón es el principal atractivo de los clientes. Se trata de la picantería La Culata, ubicada en General Córdoba 518 y Mendiburo.
El lugar es el punto de encuentro de escritores, artistas plásticos, fotógrafos, gestores culturales, cantantes, actores y bailarines independientes, que se deleitan con sus bebidas.
Miriam Herrera, de 42 años de edad y propietaria del local, comenta que el nombre La Culata surge de uno de los antiguos nombres que tenía la ciudad, Santiago de la Culata, antes de convertirse en Santiago de Guayaquil.
La picantería es especial por lo inimitable de su encebollado, el plato más solicitado, y uno de los emblemas del local.
La sazón es única, dice, porque en ninguna otra picantería hay un pescado encurtido como el suyo, pero esa no es la única delicia solicitada, ya que también son apetecidos por los clientes el encocado de pescado y los camarones apanados.
Para Ricardo Anangonó, uno de sus clientes más asiduos, el lugar tiene un ambiente agradable y sus platos tiene buen sabor.
“Llevo más de 2 años visitando el lugar, siempre recibo buena atención y como muy bien”.
Mayte Ricardi, hija de la fundadora y también encargada del local, explica que a sus 21 años de edad estar en este lugar ha sido un gran episodio en su vida. “La Culata es una gran experiencia”.
Para el cliente Alfredo Cucalón lo encantador de La Culata son las personas que acuden a conversar y a pasar el rato con sus amistades. “Trato de venir con mayor frecuencia porque aquí están mis amigos que no solo vienen a tomar alguna bebida, la gente viene a comer, a encontrarse. Es un buen punto de reunión”, señala el comensal.
Herrera, a quien los clientes la llaman cariñosamente ‘Muñeca’, es la encargada de la cocina.
Como buena manabita es especialista en preparar ceviches, tapao montubio y bandera que incluye más de cuatro mariscos y que se sirve en una bandeja en donde pueden comer hasta tres personas. De esto da cuenta Fernando Salguero, un comerciante y habitual cliente de La Culata.
“Soy manabita y amante de la buena comida; en Guayaquil he recorrido muchos lugares que ofertan platos con mariscos y es aquí en donde encontré el sabor manaba”.
Añade también que el sitio es muy acogedor y que recibe a un gran número de gente que trabaja en el centro de la ciudad. (I)
