La gran campaña por la vida: Mira al frente

Las campañas de concienciación por lo general nacen de las vivencias que han atravesado en algún momento sus promotores y que desean compartir con la sociedad. Presenciar el aislamiento dentro de su círculo cercano por el excesivo uso de la tecnología, sobre todo cuando trataba de entablar una conversación con sus compañeros de trabajo; o el peligro que conllevaba el hecho de contestar una llamada mientras conducía, llevó al comunicador Andrés Jungbluth a emprender la iniciativa ‘Mira al frente’.

“Sentía que vivía muy dependiente del teléfono celular en casa y cuando conducía; además percibía que se estaba acentuando el irrespeto por mi entorno y distanciamiento por la vida. Me di cuenta que esta situación la estábamos asumiendo como normal; entonces dije, hay que hacer algo y alzar la voz”, afirmó.

La dictadura del celular

Vivimos en una época en que la sociedad ha convertido el celular en un eje fundamental en sus actividades diarias. En donde parece ser complicado luchar y tratar de concienciar a los ciudadanos en que primero está el cuidado de sus vidas y respeto al entorno. En Ecuador el 70% de los accidentes de tránsito, según datos del MTOP y CTE, se registran por el uso del celular mientras se conduce. Estos accidentes son provocados por mensajes y llamadas recibidos, lo que automáticamente resta el 40% de la concentración del chofer, eso genera en muchos casos accidentes con saldos trágicos en la vía pública. Es una problemática que no detiene su marcha, incluso en 2014 fueron citadas 13.101 personas por esta causa.

Utilizar el móvil no solo destruye vidas mientras se maneja, sino que también mata relaciones fuera de las vías y en los últimos años la adicción al aparato electrónico, ha generado que dentro de los hogares de las familias ecuatorianas se desarrolle un aislamiento y formen barreras entre padres e hijos. Pero la situación se repite en los círculos sociales donde ahora se puede observar en reuniones o fiestas, a un grupo de seres que mueve sus dedos incesantemente tratando de compartir sus emociones por redes sociales, dando prioridad a los amigos virtuales e ignorando a quien se tiene al lado.

Jungbluth aseguró que su intención no es satanizar el uso de la tecnología, porque en la actualidad es útil por su inmediatez y facilita la comunicación de larga distancia, además en el ámbito periodístico su utilidad en primordial. Luego de lanzar la campaña, a través de su cuenta de Twitter, recibió el apoyo de varias personalidades conocidas en el ámbito nacional, pero una de las alianzas más fuertes es la que estableció con la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) mediante la colocación de señaléticas en 6 provincias del país, donde se trata de informar a la ciudadanía sobre los riesgos que conlleva usar el celular mientras conducen.

Gran satisfacción

Emprender esta iniciativa le ha permitido presenciar momentos satisfactorios que alimentan las ganas de seguir en la causa. “La colaboración de los privados de la libertad me dio mucha alegría, ellos están en la búsqueda de su reinserción en la sociedad y se han involucrado en la campaña mediante el diseño de los adhesivos que tienen muchos autos y que a través de la Comisión de Tránsito se repartieron”.

La intención es realizar la campaña de manera permanente, con el objetivo de llevar el mensaje junto al apoyo de instituciones a más sitios y provincias para que ‘Mira al frente’ se posicione, y recuerde a las personas que primero está la comunicación cara a cara antes que la dependencia al teléfono. Es una necesidad social.

Como toda adicción, lo más probable es que a unos les cueste disminuir el uso del celular más que a otros. ‘Mira al frente’ lucha porque las personas se dejen llevar por vivir el presente, valoren enormemente los momentos que se comparte en familia y amigos; porque aquella risa, comentario, caricia, el mirar a los ojos, que cada vez se lo hace mucho menos en el agitado mundo actual, es primordial en la convivencia del ser humano. Como comunicador no podía quedarme callado ante esto que vivimos, es necesario cambiar. Nos debemos convertir en embajadores de esta campaña, dominarnos también es posible para hacer prevalecer las relaciones humanas. Es una satisfacción saber que al menos una familia logró establecer normas e hizo conciencia sobre la situación”. (O)