Washington Guale, de 44 años es un técnico electricista que emocionado cuenta sobre la graduación de bachiller de su única hija Julecsi Guale, del colegio Dolores Sucre.

“Ella ha sido una excelente alumna y este es un momento que quiero que ella recuerde por siempre, por eso le  regalaré un anillo de graduación”, cuenta.

Según dice, aunque es una persona de escasos recursos económicos, piensa  destinar $ 250 para el anillo de oro de su hija.“Estoy  cotizando en varios lugares, para determinar quien me  ofrece un mejor trabajo por menos cantidad de dinero”, explica.

Aunque este gasto se constituye en un rubro no considerado dentro del tradicional y reducido presupuesto familiar, Washington está dispuesto a incurrir en él, al igual que otros padres de familia que viven con entusiasmo la graduación de sus hijos.

Pero, no solo los anillos de grado son considerados importantes al momento de las incorporaciones de bachilleres, también el negocio de la elaboración y alquiler de prendas se dinamiza durante este mes, considerado el de las graduaciones en el régimen Costa.

Jackeline Castellanos y Diana Ospina son diseñadoras con años de experiencia. Ambas atienden el Atelier de Moda Urbano Shop, ubicado en una ciudadela del norte de la ciudad.

“Durante este mes entregamos unos 5 vestidos de graduación. Parece poco, pero es un traje que demanda mucha dedicación, tiempo y al menos tres pruebas para que la graduada se sienta bien en la prenda. Nos tomamos un mes en su completa elaboración”, explica Jackeline, quien tiene 15 años en el negocio de la moda. 

Diana, de su parte, explica que la tendencia actualmente ha desplazado al color blanco en los vestidos, para dar paso a tonos como beige, perla y champagne.

Debido a la complejidad de su elaboración y las telas que se utilizan -que generalmente son texturas bordadas, chifones, satines y podesuas-, el valor de un vestido elaborado específicamente para la ocasión va de los 250 hasta los $ 700.  

“Depende del tipo de tela que se escoja. A veces los clientes ya traen  la tela y otras veces nosotros damos el servicio completo que tiene que ver con compra de materiales y asesoría de imagen”, explican las especialistas. 

Sin embargo, la tendencia se enfoca en el alquiler de trajes, como explica Fanny Tomalá, propietaria de ParaNovias, un negocio que se encarga de la venta y alquiler de vestidos de grado, novias y otras ocasiones especiales, ubicado en la ciudadela Ferroviaria.  

“La tendencia para estas fechas generalmente es el alquiler, porque hay mujeres que no quieren gastar mucho dinero en un vestido que ocuparán una sola vez en la vida”, explica.

En su local, además de alquilar vestidos, Fanny provee de zapatos, accesorios para el cabello.

“El valor del alquiler de un vestido está entre los 40 y 70 dólares. Eso depende del tipo de prenda y los detalles que este pueda tener”, explica.

Para Nancy Arízaga, la necesidad de alquilar un vestido de graduación para su hija, Analía Safadi, estudiante del colegio American High School (Milagro), fue algo que se presentó de última hora.

“Una amiga nos había prometido prestar un vestido, pero lo vendió de última hora y tocó buscar de forma urgente”, comentó Arízaga.

Luego de casi 20 minutos, la joven escogió su vestido y la tiara que lucirá durante la ceremonia de graduación como bachiller en Químico Biológico. Arízaga debió pagar por el alquiler de la vestimenta y el accesorio, un total de 70 dólares.

Varios locales de algunos centros comerciales de la ciudad también ofrecen la posibilidad de adquirir el vestido ya confeccionado, lo cual evita el proceso de elaboración, pruebas, compra de telas y otros.

Ferrucci Woman está ubicado en la planta alta del centro comercial Mall del Sol, en el norte de la ciudad.

“Durante este mes tenemos un movimiento intenso en el que se venden muchos vestidos para graduación. Tenemos vestidos de todo tipo, algunos largos, en corte imperio y piedrería, con valores que van desde los 250 hasta los $ 600”, explica Marisol Loor, administradora del negocio.

Otra opción es la tienda Body Heat, también en Mall del Sol.

“Nuestros precios varian desde los 168 hasta los $ 280, dependiendo de cuan sencillos o elegantes sean. Tenemos vestidos en tonos beige y blanco, únicamente”, indica Angélica Coronel, dependienta del local.

El símbolo de la graduación es, sin dudas, el birrete y la capa, que se utiliza tradicionalmente durante la entrega del diploma. El alquiler de estos implementos también se mueve de forma intensa durante este mes.

Solange Benavides es la propietaria de Solange Sport, un negocio de alquiler de capas y mucetas  que tiene más 20 años en un local del suroeste de la ciudad.

“Este año no hemos tenido el movimiento esperado debido a una disposición del Ministerio de Educación, que prohíbe a colegios nacionales la  utilización de estos implementos durante la graduación, para evitar el gasto de los padres”, explica.

Según dice, entre sus clientes tiene colegios y escuelas fiscales y particulares. El valor del alquiler de togas, birretes y mucetas va desde los 4 hasta los $ 10, dependiendo del modelo y la tela.