La falta de alcantarillado genera un lado feo en Puerto El Morro
La belleza natural que posee Puerto El Morro y que impulsa su desarrollo turístico contrasta con la forma en que se desechan las aguas servidas en la Cooperativa Centenario que colinda con el atracadero de este sitio.
Además abundan perros callejeros y deambulan cerdos por el canal artificial que se creó en el lugar hace varios años. Actualmente direccionan al estuario los desperdicios producidos por los habitantes.
La mayor parte de habitantes de este sector se dedica a la confección de artesanías, el ecoturismo, la pesca y la recolección de moluscos.
Henry Solórzano, quien habita desde hace 36 años en el sitio junto a sus dos hijos y su esposa es consciente de esta realidad.
“Hace unos 6 años nos prometieron quitar la zanja y construir un ducto-cajón que se conecte con un sistema de aguas servidas para evitar la acumulación de estas, de lodo y olores de putrefacción que se desprenden en el lugar”, asegura el guía turístico y pescador.
Solórzano recuerda que en 2015 una niña por poco pierde la vida tras contagiarse de dengue hemorrágico. Temen que el caso se repita, pues en el sitio viven cientos de menores de edad.
“Con el tiempo construimos pozos sépticos, pero esto no es una solución para las aguas servidas. Una parte de estas aguas termina en un desfogadero ubicado en el malecón. Además, desde la loma se arrojan desperdicios del lavado de ropa”, dice Solórzano.
El daño ambiental y turístico es considerable sobre todo cuando la marea está baja y las aguas negras de esta zanja, que además representa un peligro constante para niños, mujeres y ancianos, se hacen notorias.
Contaminación externa
Para Carlos Lindao, quien lleva más de 80 años viviendo en esa zona del cantón Guayaquil, el espacio es un escenario desagradable, pues se ven residuos de basura y hasta animales muertos.
“Muchos de los que viven aquí arrojan todo al canal y eso nos perjudica directamente. De este tema nadie habla, nadie hace nada para resolver el conflicto. En los últimos años esta problemática se está incrementando”, critica el anciano.
Lindao asegura que algunos dueños de barcos que atracan en el lugar también contribuyen con la contaminación del sitio. Desechan maderas y otros objetos que él recicla para producir unos 30 sacos de carbón que vende a $ 7 una vez al mes, dejándole unos $ 210.
Dayse Flores, de 18 años, vive al otro lado de la Cooperativa Centenario y afirma que no es un problema aislado sino generalizado en la zona poblada de Puerto El Morro.
“Siento pena al ver cómo otros sitios de la provincia están mejorando en muchos aspectos y nosotros seguimos esperando que nos atiendan en cosas tan básicas como el alcantarillado”, refiere Dayse.
El percibir malos olores o ver aguas sucias es algo a lo que nos están acostumbrando, debido a que a toda hora la zanja está con agua. Esta situación es intolerable para una zona que promueve el desarrollo ecoturístico como una fuente de ingreso de una buena parte de sus habitantes, sentencia Dayse.
Los habitantes de este rincón del país esperan por la solución del problema mientras siguen aprovechando la llegada de turistas. (I)
