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La cosecha del gandul abre plazas de trabajo

La comercialización se desarrolla en las calles 9 de Octubre y Chile, el sector con mayor movimiento comercial y vehicular de este rincón guayasense.
La comercialización se desarrolla en las calles 9 de Octubre y Chile, el sector con mayor movimiento comercial y vehicular de este rincón guayasense.
Foto: Miguel Castro / El Telégrafo
09 de septiembre de 2017 - 00:00 - Redacción País Adentro

Para los agricultores, vender sus cosechas puede ser el fin de sus labores, aunque para los comerciantes minoristas empieza una nueva oportunidad para trabajar.   

Estas actividades se dan en las calles 9 de Octubre y Chile, el punto neurálgico para el comercio del cantón Pedro Carbo, provincia de Guayas.

Un grupo de emprendedores aprovecha las producciones agrícolas de temporada, como la del fréjol de palo o también conocido como gandul.

En este sitio, por más de 12 años, Oswaldo Loor ha desarrollado este estilo de trabajo que, además de dar solvencia a la economía de su familia, sirve para emplear a otras personas aunque sea por cortos períodos.

“Esta producción dura unos tres meses y arranca desde mediados de agosto hasta finales de octubre. Los agricultores a los que suele comprar provienen de los recintos Jerusalén, Villao, Valle de la Virgen y Las Palmas, entre otros. Ellos son mis clientes y yo el de ellos”, dijo.

El manabita, de 60 años, comenta que al menudeo la libra del grano se  expende a $ 0,60 mientras que el quintal se revende a $ 12 y $ 13, y para ellos se suelen comprar entre 20 a 30 quintales diarios.

“Esta actividad es tan importante para nosotros que el 2 de agosto se realizó un festival que tuvo como eje principal el gandul, que además coincide con las festividades parroquiales del cantón”, dice Loor.

De esta manera, ha vivido el manabita que, cansado de ser estibador en varias empresas de Guayaquil, decidió convertirse en emprendedor.

“La última compra que hice fue de $ 500 de fréjol. Esto me podría generar entre $ 100 y $ 150 de ganancia diaria que se deben distribuir entre los tres y cuatro empleados que suelo tener, a los que se les paga $ 15, más la comida”, afirma Loor.

Entre los visitantes de este negocio, que tiene competencia de otros tres emprendimientos en el mismo sector, está Luis Villón, de 32 años.

El hombre refiere que tiene 15 años dedicado a este grano y otros productos en varios sectores de Guayaquil, lo que se ha convertido en el sostén económico de su familia.

“Con los años he aprendido en qué sectores del Puerto Principal recorrer, pero lo bueno es que tengo ya definida una clientela solicitante de este y otros productos, menciona el pedrocarbense.

Villón en esta ocasión invirtió para entregar unos $ 7,50 solo en gandul lo que entregado y cobrado le generará unos $ 20 de ganancia. Esta actividad la repite casi a diario.

En el negocio esquinero labora también Quinde Ponce, quien se encarga del despacho del producto en sacos o fundas. Esto se hace con las manos o con la ayuda de una pala, dependiendo de la cantidad.

Él y otros dos compañeros cuidan la balanza para quintales y la de libras donde se coloca el fréjol que se entrega en cáscara y en la cantidad que el cliente solicita.

“Este es un producto que debe venderse rápido y no dejarlo tanto tiempo porque se puede deteriorar y perder la frescura que lo caracteriza”, refiere Ponce, quien nació en Riochico, parroquia de Portoviejo, provincia de Manabí.

Con esto Pedro Carbo, tierra generosa para agricultores y emprendedores, se posesiona como destino de venta y producción. (I)

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