La anestesia general y medidores de las dosis ya se aplican en el país

La anestesia general intravenosa (TIVA), una alternativa quirúrgica que disminuye la toxicidad de otros medicamentos, está disponible en Ecuador desde hace más de año y medio, según informó la Asociación de Anestesiólogos de Guayas.

Sin embargo, su utilización se limita a las ciudades de Guayaquil, Quito y Cuenca.

Las ventajas de esta aplicación,  los nuevos dispositivos digitales que permiten una administración controlada de la anestesia durante una operación, entre otros temas,  son abordados en el Tivamerica Ecuador 2011.

El encuentro, que reúne a más de 400 delegados de Latinoamérica, se desarrolla en Guayaquil desde el miércoles y concluye hoy, en el edificio de Las Cámaras.

Avance de la anestesia

Bolívar Salazar, presidente de la Asociación de Anestesiólogos de Guayas, explicó que Ecuador se mantiene a la par de los países desarrollados en el avance de esta ciencia durante la última década.

“Hasta el siglo pasado se hablaba de que el país tenía un retraso de 20 años con respecto de otras regiones”, aseguró Salazar.

El lento desarrollo  en aquella época incluso provocó un déficit de especialistas dentro de las unidades de salud.

En lo que respecta a la aplicación de la anestesia, la TIVA resulta, de momento, la más conveniente debido a que reduce los efectos secundarios en los pacientes.

“La técnica predecesora debía ser inhalada y eso representaba un alto nivel de toxicidad que podía afectar en el corto, mediano o largo plazo a otros órganos”, aseguró Salazar.

Con la TIVA ocurre lo contrario de los métodos inhalatorios, debido a que los fármacos que deben ser administrados a través de inyecciones se eliminan en pocos minutos del cuerpo.

La aplicación de esta técnica también cuenta con novedosos dispositivos, los que fueron promocionados en el encuentro de especialistas por distintas empresas ecuatorianas.

La Base Primea, de la corporación Medi Sumi, por ejemplo, permite el ingreso de datos del paciente (peso, estatura) y, con ello, administrar la anestesia en forma periódica y controlada a quien la necesite.

Corpmaster, en cambio, desarrolló un aparato que permite la introducción de tubos en la tráquea de forma más sencilla.

Víctor Mena, anestesiólogo del hospital Eugenio Espejo de Quito, comentó que existen laringoscopios (instrumento que permite revisar la laringe) de metal que deben ser utilizados antes de introducir los tubos.

“Estos, si no son bien manipulados pueden ocasionar daños en la boca del paciente”, dijo Mena mientras mostraba cómo el aparato de Corpmaster, hecho de plástico, permite ser manipulado incluso por personal médico ajeno a las áreas de anestesia.

Trabajo poco remunerado

Durante su participación, el Presidente de la Asociación de Anestesiólogos del Guayas comentó que el trabajo de su especialidad, en la mayoría de ocasiones, no resulta rentable por los costos de la carrera.

“Sin desmerecer el trabajo de los cirujanos, nosotros estamos obligados a saber más que ellos”, afirmó Mena.

Los anestesiólogos, además de los 8 años de estudios de medicina en la universidad, deben realizar un posgrado de 4 años.
Pese al esfuerzo “apenas se percibe el sueldo básico, por lo que pocos se animan a seguir esta especialidad”.
A esto se suma que los textos de esta ciencia tienen precios que sobrepasan los $ 700 y las pocas publicaciones disponibles en Internet están incompletas, según Salazar.