Representantes de las  trabajadoras remuneradas del hogar provenientes de  Bolivia, Colombia, Ecuador y México se encuentran en Ecuador  para pedir al presidente Rafael Correa que ratifique el convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a la que pertenecen 183 países del mundo.

Leddy Mozombite, representante regional de las trabajadoras, explica que el convenio se presentó a la OIT en junio de este año y que tiene que ser ratificado por los presidentes de dos países miembros para que entre en rigor y su cumplimiento sea vigilado por el organismo.

Esta legislación señala, entre otras cosas, que el personal doméstico trabaje solo 40 horas a la semana, la obligatoriedad de las vacaciones pagadas y el acceso a la  seguridad social.

Según datos del Instituto  Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), en 2010 existían en Guayas 13.000 mujeres de este campo aseguradas, y en el 2011, hasta el momento  se han incorporado 6.073 nuevas trabajadoras afiliadas. Hace tres años, la cifra apenas alcanzaba las 2.200 personas.

Jaqueline Patrón, presidenta de la Asociación de trabajadoras remuneradas del hogar de Guayaquil, se remite a un estudio de la OIT para asegurar que pese a los avances en materia de derechos para este grupo, que representa el 9,6% de la población laboral, de las 600.000 empleadas domésticas del país,  43.000 están afiliadas.

La asociación que preside es un espacio al que pueden acudir las trabajadoras para capacitarse y conocer sus derechos. Cuentan con un asesor jurídico que lleva casos similares al de Amelia Briones, una mujer a la que sus empleadores llamaron “traidora” luego de trabajar en su casa durante 21 años y exigir que se cumpla con su afiliación.

Ella presentó en marzo una denuncia ante el Ministerio de Relaciones Laborales (MRL); sus ex jefes nunca se presentaron a las audiencias y actualmente tramita el caso en la Corte de Justicia. Al recordar este tema,  llora, pues le parece incomprensible lo ocurrido.

Patrón asegura que casos como este se repiten y que su lucha incluso se encuentra en que las trabajadoras superen la idea de que “son parte de la familia y deben renunciar a sus derechos por ello”.

Las trabajadoras se encuentran hoy en la capital del país para pedir al presidente la ratificación del convenio. Leddy Mozombite señaló ayer que el congresista peruano Javier Diezcanseco presentó un pedido para que se ratifique el documento en su país.

Marcelina Bautista, mexicana y representante de la organización Colantrao, añade que el 96% de quienes trabajan en el hogar en la región son mujeres. “Nosotras somos el engranaje de esta sociedad, nuestro trabajo es importante, no debe ser mirado como simple labor doméstica.

Las trabajadoras viajaron hoy a la capital para presentarle al Presidente su petición, que esperan sea recibida favorablemente.