La actividad navideña se evidencia más en el centro
En el centro de Guayaquil, al mediodía, cientos de personas caminaban por Malecón y la avenida Olmedo, en el corazón de la Bahía. Muchos realizaban sus últimas compras del año.
Héctor Lozano llevaba una bicicleta pequeña. “Ayer se me hizo tarde por el trabajo y no pude comprar los regalos; pero por un lado mejor, porque ahora ya está más vacío todo, conseguí rápido la bicicleta para mi nieto”, explica.
Otros como Felipe Coronel, oriundo de la ciudad de Loja, manifestó que desde ya se preparaba para recibir el año con ropa nueva. “Aproveché que tengo este día de descanso en el trabajo para comprarme la ropa para año nuevo, porque después estoy ocupado y a última hora no encuentro nada”.
El centro de Guayaquil registró poca afluencia de personas, como se notó en la intersección de la avenida 9 de Octubre y Esmeraldas, donde, también, la circulación de buses fue irregular.
En el centro bancario y el bulevar 9 de Octubre se apreciaba la presencia de decenas de familias que buscaban dónde almorzar. Gabriel Armijos contó que salió en la mañana de su casa para caminar por el Malecón y luego, en compañía de sus dos hijos y su esposa, fueron a comer en uno de los locales del centro de Guayaquil.
Este fin de semana, los parques de la ciudad fueron el centro de reunión de cientos de familias. Christian Carlier aprovechó que ayer no estuvo soleado para ir con su familia a pasear por el parque y enseñarle a su pequeño hijo, de tres años, a montar en su nuevo carrito de juguete.
“Venimos al parque a que se distraigan los niños, aprovechando que no hace tanto calor”, sostuvo Carlier mientras le daba instrucciones a su niño para que aprenda a manejar el carrito.
Los más devotos se congregaron en las iglesias. Decenas de personas llegaron hasta la Catedral de Guayaquil, en el centro de la ciudad, acompañados con pesebres e imágenes simbólicas del Niño Jesús para que sean bendecidos en la Misa de Navidad que se celebró a mediodía.
Al final de la tarde, decenas de carros recorrían a baja velocidad la calle 6 de Marzo, donde los artesanos exponen los añosviejos.
En la zona, miles de usuarios discutían con sus familiares sobre cuál comprar. El fondo musical y las oferas de los comerciantes hacían que la decisión sea más difícil de tomar. A lo largo de la calle había un fuerte resguardo policial. Los uniformados custodiaban cada cuadra del sector.
